Este viernes a partir de las 19 se celebrará el festival Todo tango es político, organizado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo junto a agrupaciones de tango contemporáneo como Quiero 24, Tango Negro y solistas como Juan Vattuone, Moscato Luna o Guillermo Quiroga. El encuentro comenzará a las 19 en el auditorio Juana Azurduy (Hipólito Yrigoyen 1584) y busca ayudar a las Madres y su lucha histórica, además de “afrontar con actos de arte y resistencia la díficil tarea de permanecer en el día a día”. Es que lo recaudado por la actividad ayudará a sostener el funcionamiento de la casa de las Madres, que en los últimos años sufrió, como otros espacios culturales, la debacle de la crisis macrista y la persecusión de los organismos oficiales.

Christian Marelli, músico de Tango Negro y parte de la organización del festival, contó a Página/12 que la propuesta nació de un encuentro con Hebe de Bonafini sobre “la urgencia de transportar mensajes claros que lleguen a los jóvenes”. El cantante destacó que “hay una generación del tango que toca el nervio sensible de la historia, nosotros nos dedicamos a decir lo que pensamos y sentimos”. El cantor se pregunta también “¿cómo el tango y quienes lo hacen pueden ser sujetos de transformación social real?” De esa conversación con Hebe, Marelli recuerda la sorpresa de la Madre al encontrarse con el profundo contenido político que impregna a la producción tanguera actual. “Ella pensaba que el contenido seguía circunscripto al farolito, que es lo que se escucha en la 2x4”, aludió a la radio oficial porteña. Miguel Funes, presidente de Amigos y Amigas de las Madres de Plaza de Mayo, afirmó que “la idea es poner sobre relieve que el tango cuenta con un profundo contenido social y político, que quizás no es tan difundido y por consiguiente oído como otros tangos”.

La búsqueda artístico-política, observa Marelli, no excluye al “tango de farolito”. El cantor considera que “quien le cantó al farolito también estaba en un contexto político dado, no queda afuera quién le cantaba a un amor perdido o un desengaño”, y recordó la figura de Osvaldo Pugliese, reconocido militante además de músico vanguardista. “Él también le cantaba a esas cosas, pero cuando emergía, en América Latina también había un Zitarrosa o un Yupanqui comprometidos con las luchas y las resistencias del continente, entonces vemos que aquel tango que quedó trillado también era político, aunque no dijera las cosas que decían los Pugliese o los Zitarrosa”.