El 18 por ciento con garantía de cobro, o con una cláusula de ajuste por inflación, o en dos cuotas en lugar de cuatro, pero no más que un 18. La gobernación bonaerense y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mantuvieron en ese número –el techo fijado por el gobierno nacional– la oferta a los docentes. Que, como era de esperar, fue rechazada por los gremios. A una semana del inicio de las clases, como parte de la durísima pelea con los maestros, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció además que convocará a voluntarios para que den “apoyo escolar” durante los días de huelga. 

El menú es así: paritarias con techo y sin piso. Junto con el tope del 18 por ciento, el gobierno nacional sigue sin convocar a la paritaria federal, que fija el sueldo inicial de los maestros y con ello el Fondo de Incentivo Docente y el Fondo Compensador, destinado que las provincias más pobres puedan garantizar el pago de los salarios. Por eso los gremios ya convocaron a un paro el 6 y el 7 de marzo.

El distrito de Vidal se ha convertido en el escenario principal de la pulseada. La reunión paritaria de ayer tuvo dos frentes simultáneos, el de la negociación en sí y el de los gestos que durante la tarde se fueron haciendo de cara a la opinión pública. Los gremios fueron citados en el Ministerio de Economía a las 17, pero al llegar les comunicaron que la discusión se pospondría para las 19 porque faltaba un ministro. Los dirigentes publicaron entonces en las redes sociales fotos del plantón y denunciaron otro gesto de maltrato. 

Mientras la reunión comenzaba, la gobernadora hizo un anuncio destinado a las letras catástrofe: aseguró, en el Espacio Clarín, que convocará a las “sesenta mil personas” que se ofrecieron para dar clases como voluntarias si hay huelga docente. Vidal dijo que su idea no es reemplazar a los maestros con cualquiera –una propuesta que había cosechado críticas al por mayor– sino que los voluntarios pueden dar “apoyo escolar” en centros comunales y clubes. “Va a ser muy importante tener a los voluntarios ahí. Habrá un registro abierto de voluntarios para que puedan acompañar a nuestros chicos desde otro lugar”, agregó.

Desde la Ctera, su titular, Sonia Alesso, advirtió que la medida “es ilegal e impracticable”. “No se puede reemplazar a un maestro con cualquiera. ¿Propone dejar a los chicos al cuidado de un desconocido? El primer tuitero que salió a ofrecerse fue uno del Batallón 601”, recordó. Alesso cuestionó que “a la hora de la reunión la gobernadora” haya estado “en el Espacio Clarín”. “Si le importa la educación, debió estar en la reunión paritaria, o por lo menos cerca.”

La oferta que llevaron los funcionarios de la gobernación a los gremios fue la de atar los salarios a la inflación, con subas automáticas, trimestrales, según los datos del Indec. 

“No hubo propuesta salarial. Volvieron a ofrecer el 18 por ciento. Hay una improvisación total”, señaló al retirarse de la reunión el titular del Suteba, Roberto Baradel. 

En la Ciudad de Buenos Aires, la propuesta también se mantuvo en el 18 en dos tramos, un 10 por ciento en marzo y el 8 restante en octubre. 

¿Cuál fue el mejoramiento con respecto a la oferta anterior? “Es el mismo 18; la mejora es que avisaron que si la Nación no pone el 18 por ciento más del Fondo de Incentivo Docente, lo va a poner la Ciudad. Es decir, ofrecieron la garantía de que efectivamente en marzo vamos a tener un aumento de bolsillo de 1137 pesos”, señaló Eduardo López, titular de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). 

En concreto, esto significaría para un maestro con jornada simple 1137 pesos de aumento en marzo más otros 900 en octubre, llevando la recomposición anual a 2047 pesos.

Los dirigentes lo rechazaron por insuficiente. Los gremios porteños, al igual que los bonaerenses, están pidiendo una suba del 35 por ciento, ya que quieren además de empatar con la inflación de este año, recuperar lo que perdieron por la del año pasado. La inflación acumulada en 2016 fue, según el IPC Ciudad, del 41 por ciento, mientras que la paritaria fue del 35,6. Esto dejó a los sueldos iniciales unos seis puntos abajo, pero a los salarios medios y altos con una mayor pérdida, ya que el aumento no se trasladó de manera proporcional. La UTE estima así en 10 puntos lo perdido, y reclama por la inflación proyectada para este año otro 15 por ciento.

También insistieron en que la Ciudad interceda para lograr que se llame a la paritaria federal. En este marco, ratificaron el paro de 48 horas que postergará el inicio de las clases.  “Hay que decir de nuevo que esto tiene origen en la no convocatoria de la paritaria nacional –dijo Alesso–. El Gobierno es responsable de estar generando un conflicto nacional”.

Vidal, que no participó de la paritaria, se mostraba en el Espacio Clarín.