El expresidente Brasileño Lula Da Silva volvió a hablar desde el sindicato de metalúrgicos de San Bernardo do Campo, pero esta vez en libertad. “Necesito probar que el juez Moro no era un juez sino un canalla. Decidí quedarme cerca de las fieras para probar mi inocencia”, subrayó desde el escenario, luego de agredecer el apoyo del pueblo brasileño, junto al excandidato del PT Fernando Haddad, la presidenta del PT Gleisi Hoffman, su novia y otros dirigentes políticos que lo acompañaron durante los 580 días preso. 

El líder del PT explicó que aquel 7 de abril de 2018 optó por ir a la cárcel tras ser condenado "injustamente" en vez de elegir el exilio, porque precisaba "probar la mentira" en su contra. En este punto relacionó también la victoria electoral de Jair Bolsonaro con su encarcelamiento, el que le impidió competir en los comicios, a pesar de ser el candidato con mayor proyección en las urnas. 

“Ayer falló en su discurso Bolsonaro, confesó que perdía las elecciones si yo competía”, destacó desde el sindicato que vio nacer su carrera política y ratificó: “Bolsonaro le debe su campaña a Moro y a las fake-news contra Haddad”. Por el contrario, Lula resaltó que él está “libre como un pájaro”. “Yo duermo con la conciencia tranquila. Dudo que sea el caso de Moro y de Bolsonaro”, lanzó. 

Mientras sus seguidores coreaban “Olé olé olé Lula Lula”, el exmandatario confirmó que iniciará los trámites legales con sus abogados para limpiar su nombre. “Lo que queremos ahora es que se anulen todos los procesos contra mi porque ahora hay argumentos suficientes para probar que Moro es mentiroso, que (el fiscal Dental) Dallagnol es mentiroso”, reforzó. 

Luego se refirió epecíficamente a lo que significa haber recuperado la libertad. "Leí muchas cosas, se preguntaban si yo saldría con odio de la cárcel, radicalizado, con odio. Yo quiero construir con alegría, como cuando gobernamos. No tengo empleo y mi vida está bloqueada. Tengo más coraje por luchar que nunca, para recuperar el orgullo de ser brasileños", aseguró

Sobre la presencia de Bolsonaro en el Palacio de Planalto

Un extenso pasaje de su discurso se lo dedicó a condenar el modelo de país que está implementando el ultraderechista Jair Bolsonaro, al referirse a la “locura” de su gobierno. En las últimas horas, el actual presidente lo llamó "canalla" y pidió que no se le diera tanto crédito a su excarcelamiento porque Lula "está cargado de culpas". 

“Este país es de más de 203 millones de habitantes y la gente no puede permitir que los militares acaben con este país que nosostros construimos, que era respetado por el mundo entero y ahora está siendo destruido”, manifestó al recordar los años del gobierno del PT, que achicaron las brechas de desigualdad en el país. 

El exmandatario prometió que “la violencia va a caer”. “Contra la distribución de odio de Bolsonaro, vamos a distribuir libros”, afirmó, al resaltar que Brasil “no se merece el gobierno que tiene, uno que cuenta mentira todo el día”. 

En ese sentido, hizo énfasis en las denuncias que rodean al ultraderechista, particularmente sobre su relación con el asesinato de la exconcejal y militante lgbt Marielle Franco. "Tiene que haber una pericia para saber quién mató a esa guerrera, la gran edil de las mujeres, Marielle. Bolsonaro debe decir dónde está Queiroz también y cómo hizo su patrimonio de 17 casas. A mí me dan vuelta y no se me cae una moneda. Qué expliquen cómo tienen tanta plata", reclamó.

El líder del PT volvió a agradecer el acompañamiento de sus seguidores y resaltó que hubo algo que los que orquestaron su encarcelamiento no tuvieron en cuenta. “Ellos no entienden que un pueblo como ustedes no depende de una persona, sino de un colectivo”, resaltó, para enfatizar con más fuerza y provocando la ovación de todo el público presente: “tengo la certeza de que en 2022 la llamada izquierda a la que Bolsonaro le tiene tanto miedo va a derrotar a la derecha”