A un mes del traspaso de gobierno, la eterna transición en Santa Fe, sale del cono de sombra y entra en etapa de definiciones. Ya sea porque se llegue finalmente a un acuerdo entorno a "lo que se entrega y lo que se recibe" -- en cuanto a números principlamente-- o sencillamente porque dejen de lado los infructuosos encuentros a lo largo de los últimos cuatro meses. La "prueba de fuego" será el presupuesto 2020; cuyo tratamiento apura el oficialismo en retirada, contrariando la lógica pero sobre todo los deseos del gobernador entrante. Si bien la llamada "ley de leyes" ofrece variantes para reconducir --de ser necesario-- algunas partidas, es poco probable que ciertas asignaciones puedan ser revisadas y allí se presenta una de las principales objeciones que cerca de Omar Perotti se plantean sin disimulo. De acuerdo a la información que maneja el PJ, Miguel Lifchitz dispondría la ampliación de partidas para la Legislatura. Según trasncendió en la Cámara alta, se trataría de más de mil millones de pesos, cuyo destino manejaría la "comisión de gestión" integrada por cuatro senadores, dos oficialistas y dos opositores que históricamente han funcionado como "hermanos". A propósito del vínculo, y citando la "doctrina Vanrell" --aquella que al irrumpir en la Cámara de Diputados en medio de su juicio político después de un largo tiempo de estar prófugo al grito de "los mellizos son mellizos, hermano"-- se presume que si hay una ampliación presupuestaria para los Senadores, será idéntica la situación para los diputados, solo que en la Cámara baja, el manejo de esos fondos es discrecional para el presidente del cuerpo.

En paralelo con las reyertas de la fallida mesa de transición, el peronismo tiene sus cuitas internas, y en algún punto guardan relación con lo expresado anteriormente. Armando Traferri las ha expresado públicamente, al punto de decir que no se dejaría aplicar "la vacuna de la obedicencia debida", al tiempo que "garantizamos la gobernabilidad" para Omar Perotti, más aún "cuando lo hicimos para el Frente Progresista", dijo el reelecto Senador por el departamente San Lorenzo, que ha perdido fuerza relativa con la llegada a la Cámara alta de dos debutantes: Marcelo Lewandowsky y Marcos Castelló, nada menos que los representantes de los dos departementos más impotantes, Rosario y Santa Fe, recuperados para el peronismo en las últimas elecciones. Traferri, obviamente, es uno de los legisladores que domina la "comisión de gestión", además de proponerse para la de "acuerdos" donde se deciden los nombres de los jueces, y la vez ha elevado un "remito" con algunas de sus pretenciones --al parecer no satisfechas-- a la hora de la distribuciones de funciones en el Ejecutivo, por "su aporte a la unidad en la diversidad" como gustan decir los diferentes sectores que se alinearon detrás de la candidatura del rafaelino. Entre los "aportes" --así visto por ese sector-- está la presencia de la ex-jueza Alejandra Rodenas, quien secundó a Perotti y en un mes más será la vicegobernadora, situacion que según los perottistas "cancelaría" la supuesta acreencia del grupo de legisladores y jefes comunales que impulsaron su nominación.

Lifchitz dispondría la ampliación de partidas para la Legislatura. Según trasncendió en la Cámara alta, se trataría de más de mil millones de pesos.

Entre los hombres más cercanos a Perotti sospechan de un vínculo entre ambas situaciones. Esto podría ser confirmado o desmentido por los hechos en la medida que se remita y se trate el presupuesto antes del 30 de noviembre, o se deje para la nueva Legislatura que elegirá sus autoridades una semana después de esa fecha en una sesión preparatoria que también ofrece interés

Esa elección de autoridades --que hasta hace poco ponía en tela de jucio la futura presidencia de la Cámara baja de Lifschitz-- parece ir definiéndose. Sobre todo en Diputados, donde el gobernador saliente tendría ya acordado el apoyo de los diputados del macrismo --con la nomenclatura que adopten en adelante-- conducidos por Federico Angelini, que deja su poltrona en Santa Fe para instalarse en el Congreso nacional. No sin antes revitalizar un vínculo que se había deteriorado cuando su sector le negó la chance de reelección --vía reforma constitucional que no fue-- a Lifschitz, lo que provocó un "despertar" opositor del dirigente socialista que parece haberse disipado en los últimos días.

Lifschitz, que todavia no se fue, está pensando en volver. Y aunque resulte absurdamente prematuro, su cálculo lo lleva a intentar liderar la oposición no sólo a Perotti, lo cual es lógico y funcional, sino al proyecto nacional que contiene a Santa Fe. Para eso ya ha acercado posiciones con el PRO, ha formulado declaraciones en ese sentido, y si bien sus movimientos se reducen a la dimensión santafesina, la actitud de sus dirigentes nacionales del partido que trató la intervención de la fuerza en CABA donde Roy Cortina integro la lista de "Juntos por el cambio", votando en contra, presagia cuál será su posicionamiento en el futuro, luego de la fallida experiencia con Lavagna-Urtubey.

 

No obstante, el objetivo de que Enrique Estévez ingrese al parlamento nacional se consiguió. Tal vez esa haya sido la razón de tanta algarabía al dar los números de las mesas testigo, por un joven legislador del lifschitzmo al que se le hacía agua la boca al adelantar que Juntos por el Cambio había ganado los comicios en Santa Fe.