El presidente sigue sin asumir que ha perdido la elección y que deberá dejar su cargo en pocos días.

Observamos con preocupación -y alertamos a la opinión pública- que se impulsen a última hora decisiones que afectarán negativamente al próximo gobierno y al pueblo argentino en general.

En el campo internacional señalamos dos graves acontecimientos. En primer lugar: en vísperas del traspaso del mando, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, que en este segundo semestre de 2019 conduce el Mercosur, ha fijado –con consentimiento argentino- el 5 de diciembre como fecha de la reunión cumbre del organismo regional.

De esta manera Bolsonaro evita, con la complicidad del Gobierno de Macri, el análisis y discusión de una cláusula medular del importante acuerdo regional. En esa reunión el presidente Bolsonaro planteará nada menos que una rebaja del arancel aduanero común del Mercosur, cuyas consecuencias serán dañinas no solo para la industria argentina, que deberá soportar una invasión de importaciones baratas lo que sumará un ingrediente más a su ya delicada situación, sino también al sector industrial del país hermano.

En segundo lugar: bajo la dirección de Estados Unidos y con el apoyo del actual gobierno argentino un grupo de países de la región ha declarado aplicable a Venezuela el mecanismo previsto en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947 (TIAR). El TIAR aprueba la intervención militar regional conjunta en caso de una agresión extra continental. Invocado por Argentina en 1982 durante la guerra de Malvinas su aplicación no fue permitida por el gobierno de Washington.

Conforme con nuestra tradición diplomática, Argentina debiera pugnar por ayudar a remediar la grave situación venezolana impulsando soluciones pacíficas y democráticas, y rechazar la amenaza del uso y el uso mismo de la fuerza. Nuestro país no puede consentir que se discutan planes que incluyan hipótesis de bloqueo o invasión militar. Terminaríamos así con soldados argentinos en tierras venezolanas.

Hacerlo a un mes del traspaso del poder desmiente la declamada oferta de efectuar una transición ordenada.