Entre sus diversas actividades, Pacho O´Donnell hace radio con Idas y Vueltas, el programa que conduce en AM 750 todos los domingos a las 21, y que acaba de ganar el premio Martín Fierro a “Mejor programa cultural educativo”. “Es mi tercer Martín Fierro de radio”, cuenta el conductor e historiador en diálogo con Página/12, desde México. Y aunque esa distancia fue la que le impidió estar presente en la premiación celebrada el pasado sábado 9 de noviembre, O´Donnell siguió por internet la transmisión en vivo del momento en el que Eduardo Aliverti, director de la radio, y el productor Gabriel Cócaro, subían a recibir la estatuilla. “Para mí es un gran honor trabajar en la AM 750 y que el premio fuera recibido por Eduardo Aliverti, un amigo y una persona a quien respeto y admiro muy sinceramente”, asegura.

- ¿Qué significa este reconocimiento?

- En lo personal, este premio tiene una significación emocional porque desde 2011 tuve un programa que se llamaba Los caminos de Pacho O´Donnell, en Radio Nacional, con el que gané dos Martín Fierro, hasta que a fines de 2017 fui echado, obviamente por razones ideológicas, por Ana Gerschenson, la directora de la radio en ese momento. La animosidad que tenían conmigo era clara porque el último horario que tuve ahí fue los domingos a la una de la mañana. Por eso no tengo miedo de decir que este premio tiene una característica de revancha y que se lo dedico muy especialmente a la señora Gerschenson.

- ¿Qué importancia tiene divulgar y revisar la historia en los tiempos actuales?

- El revisionismo histórico trata de poner en claro que la historia oficial y liberal, que se escribió al final de las guerras civiles, es una historia escrita con fines políticos e ideológicos y que, como diría Althusser, es un aparato ideológico del Estado muy preservado por el poder de la derecha. Y por eso surge una reacción muy fuerte cada vez que se cuestiona con cierta fuerza la historia liberal. Cuando se creó el Instituto Manuel Dorrego, este recibió un embate rabioso por parte de gente de la historia y de la política. Está muy claro que la historia consagrada es una base ideológica profunda de sostén del sistema político y económico que nos tortura desde hace mucho tiempo. Por eso abogar por una historia mejor, más verdadera, que reivindique a aquellos que tergiversan la historia oficial y que ponga luz sobre lo oscurecido, es una tarea apasionante y necesaria.