Con sinceridad brutal, el embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, reconoció que lo único que conoce de la coyuntura argentina a través de la televisión es lo que pasa en el fútbol y en un programa de espectáculos y entretenimiento: "Lo único que veo de Argentina es fútbol, lo veo a Boca, y a Bendita TV”, soltó desde el país que acaba de sugrir un golpe de estado. 

La insólita confesión fue hecha durante una entrevista en la que fue consultado sobre los periodistas que debieron ser alojados de urgencia en la sede diplomática argentina tras ser acusados de “sedición” por el gobierno interino que actualmente toma las decisiones en Bolivia.

La declaración surgió cuando se le preguntó por el nombre de los trabajadores de prensa que estaban en la embajada de la que está a cargo. No fue el único tema sobre el que el representante diplomático dio prueba de su desplante informativo. También dijo desconocer las declaraciones de la ministra interina de Comunicación, Roxana Lizárraga, quien afirmó que están “identificados” los “periodistas extranjeros” que cometieron “sedición”. “Lamento no haber escuchado eso. Todo el día estoy, no solo con este problema (el de los periodistas), porque hay argentinos en todos lados. Los últimos 15 o 20 días han sido tremendos”, dijo al canal A24.



Pero las expresiones insólitas siguieron. Cuando se refirió a los trabajadores de prensa que fueron agredidos por adherentes al golpe, amedrentados por la represión de las fuerzas de seguridad y amenazados por el gobierno provisional con ser encarcelados, Álvarez García dijo: “Están (en la embajada) seguros y felices. Así que todo bien, estamos contentos”, evaluó el clima social

Luego se le consultó por los periodistas que aún no habían sido recibidos en la sede. “Tranquilo, más tarde lo vemos. No dejamos a nadie en banda”, respondió con particulares formas diplomáticas.

Ya más empapado en temas de política exterior, el embajador no sólo calificó de “caótica y con un gran vacío de poder” a la situación que atraviesa Bolivia tras el golpe de Estado, sino que también advirtió que el estado de cosas es “muy preocupante” tanto para ese país como “para el nuestro, por la cercanía y relación” entre ambos.

Y para finalizar con la falta de cautela, lanzó otra declaración que podría interpretarse de múltiples maneras para las relaciones bilaterales que intenta el actual gobierno argentino, que sigue negándose a hablar de golpe: “En este momento hay que tratar de apagar este posible gran incendio que puede hacerse acá en Bolivia (sic). A la Argentina no va a llegar el humo, va a llegar el fuego. Así que hay que preocuparnos seriamente”.