La sesión de entrenamiento que organizó la NFL para que Colin Kaepernick, el mariscal de campo que asegura estar proscripto de la Liga norteamericana de fútbol americano desde hace tres años por sus protestas contra el racismo , resultó un fiasco y parece haber dejado en evidencia los temores que tenían el jugador y sus agentes: que se trató de una movida de la Liga para limpiar su imagen y no una prueba real para que el deportista mostrara sus cualidades para volver a ser contratado por un equipo.

Kaepernick, un quarterback destacado de los San Francisco 49ers, con los que llegó a disputar el Superbowl 2013, cobró notoriedad en Estados Unidos en la pretemporada de 2016, por su forma de protestar frente a una escalada de violencia policial contra jóvenes negros. Antes de los partidos, el jugador resolvió escuchar el himno estadounidense hincado sobre su rodilla, imagen que luego repitieron muchos colegas, e incluso estrellas de otros deportes. Tras la polémica generada, de la que incluso participó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Kaepernick rescindió su vínculo con los 49ers unos meses después y, desde entonces, está sin equipo.  

Esta semana, y después de meses de reclamo y una demanda en tribunales, el jugador de 32 años parecía tener una nueva oportunidad. Pero media hora antes del inicio de la prueba en el campo de entrenamiento de los Atlanta Falcons en Flowery Ranch, los agentes de Kaepernick, el abogado Ben Meiselas y el representante Jeff Nalley, anunciaron que el jugador no se presentaría en esa sede, pero que el evento se haría igual en la escuela secundaria Charles Drew en Riverdale, en las afueras de Atlanta, a casi 100 kilómetros del sitio original. Y por eso, también se retrasaría su inicio una hora. Todo porque no confiaba en la Liga.

"Por las decisiones recientes de la NFL, el entrenamiento de Colin Kaepernick se cambiará a un lugar alternativo en Atlanta (...). Basado en la conducta de la oficina de la NFL, el señor Kaepernick únicamente pretende un proceso abierto y transparente, por lo que se eligió una nueva locación para hoy", decía parte del comunicado que emitieron Meiselas y Nalley.

 

El motivo fundamental esgrimido para el que cambio radicó en que Kaepernick quería que pudiesen acceder los medios de comunicación y que se filmara la prueba para su difusión. De acuerdo a las normas de la NFL, la práctica debía ser privada y exclusiva para los directivos de las 32 franquicias.

La respuesta de la Liga no se hizo esperar, y a través de otro comunicado, expresó su "decepción" por el comportamiento del jugador. "Estamos decepcionados de que Colin no haya aparecido en su entrenamiento", expresó la NFL, que intentó justificar su actuación. "La sesión de práctica estaba diseñada para darle a Colin lo que constantemente dice querer: una oportunidad de demostrar su preparación y su deseo de regresar a la liga", añadió la NFL sobre lo sucedido.

Además, en su aclaración de los acontecimientos, la NFL remarcó que se enteró durante la noche del viernes que Kaepernick quería traer a su equipo de grabación y también que deseaba abrir el evento para los medios, pero no se le permitió ya que desde su concepción estaba entre los términos y condiciones que la práctica sería privada y se dispondría de un equipo de filmación que iba a distribuir el material a los 32 equipos. En su informe, la NFL aseguró que había representantes de 25 equipos entre los interesados de ver la práctica abierta del ex jugador de los 49ers.

Con esa controversia antes de empezar, apenas ocho franquicias llegaron a la nueva sede para ver en acción el jugador de 32 años: su ex equipo San Francisco 49ers, Buffalo Bills, Tennessee Titans, Kansas City Chiefs, Philadelphia Eagles, New York Jets, Detroit Lions y Washington Redskins. Otras franquicias optaron por no ir al espectáculo, que contó con la presencia de cuatro corredores que durante unos 40 minutos recibieron los pases del mariscal de campo.

"Nuestra máxima prioridad era asegurar que tuviéramos transparencia en todo", dijo Kaepernick tras el final de la prueba y rodeado de periodistas, aunque sin responder preguntas. "No se podía tener eso en el otro lugar, así que por eso vinimos acá", explicó el jugador, que dejó en claro que su brazo está intacto, aunque los expertos consideran que la prueba no tuvo demasiado valor, ni a favor ni en contra, ya que se hizo sin la presión de una defensa establecida.

Igualmente, el jugador se mostró más que satisfecho con la exhibición y endureció su discurso:  “Estoy listo. Me mantengo listo. Y continuaré estando listo… Me dijeron que no durante tres años. Todos sabemos el por qué. Hoy vine y lo demostré frente a todos. No tengo nada que esconder. Estamos esperando que los 32 dueños, los 32 equipos, (el comisionado) Roger Goodell dejen de escapar, que dejen de escaparle a la verdad y que dejen de escaparle a la gente".

En cambio, para su agente, la situación no cambió demasiado. "Seré honesto, soy un poco pesimista porque hablé con los 32 equipos. Me puse en contacto con ellos recientemente, y ninguno tuvo ningún interés. Y digo más: ningún equipo solicitó este entrenamiento. Este entrenamiento lo pidió la oficina de la NFL", explicó con crudeza Nalley. Mientras tanto, Kap seguirá esperando, y manteniéndose en forma.