Desde Madrid

Si a los integrantes del equipo argentino les hubieran preguntado cómo querrían haberse despedido de las Finales de la Copa Davis, sin duda habrían elegido la que sucedió. Argentina cayó 2-1 en una serie infartante ante España en cuartos de final, y quedó al borde de la proeza. “España lo tiene a Nadal y cuando lo necesitó embocó todas; jugamos bien, fue muy parejo”, analizó Leonardo Mayer, quien perdió junto con Máximo González en un doble muy peleado frente a Marcel Granollers y Rafael Nadal.

Un día después de la milagrosa clasificación a la instancia de los ocho mejores, Guido Pella abrió la eliminatoria con un triunfo de tintes emocionales y épicos ante Pablo Carreño Busta, a quien no había superado nunca antes. El bahiense puso el 1-0 parcial tras remontar e imponerse 6-7 (3), 7-6 (4), 6-1.

La ilusión crecía pero la aparición de Nadal en la serie emergía como una real amenaza. Y así lo fue. El campeón de 19 torneos de Grand Slam, cuatro veces ganador de la Copa Davis, estableció el orden con una victoria aplastante ante Diego Schwartzman 6-1, 6-2 en apenas una hora de juego. El mallorquín se alimentó del aliento de los hinchas locales que hicieron estallar el estadio principal de la Caja Mágica de Madrid, y sacó a relucir lo mejor de su repertorio: pelotas pesadas, tiros profundos y una actitud que no tiene igual en el deporte mundial.

Consumado el empate parcial, Nadal se secó la transpiración, acudió al rescate de su equipo y salió a jugar el doble junto con Marcel Granollers, uno de los especialistas del plantel dirigido por Sergi Bruguera. Después de dos horas y 25 minutos de batalla táctica y mental, los españoles sentenciaron el 2-1 con un triunfo 6-4, 4-6, 6-3 para meter a España en las semifinales del mundo, ronda en la que se medirá este sábado por la tarde contra Gran Bretaña. El otro duelo será entre Rusia y Canadá.



Dos espinas quedarán clavadas en el corazón del equipo argentino luego de su labor en las nuevas Finales de la Davis. La imposibilidad de utilizar a Horacio Zeballos, sin dudas, será la primera de ellas. El marplatense, número cuatro mundial en dobles, había llegado a Madrid como una carta esencial pero sufrió una lesión en el aductor derecho apenas dos días antes del debut, y ya no pudo resultar una opción real para Gaudio. En segundo lugar, tras haber sufrido el desarrollo del choque con España, la imposibilidad de avanzar a semifinales y asegurarse la participación en la próxima edición de las Finales, que serán también en Madrid en 2020.

El futuro, en efecto, es incierto. Por su condición de potencia, Argentina siempre es candidato a recibir un wild card, aunque suena improbable que resulte beneficiado con dos invitaciones consecutivas. En las próximas horas se conocerá qué equipos serán los dos favorecidos y, si bien la posibilidad existe, hay otros países como Serbia y Australia que pueden picar en punta.

En caso de no jugar las Finales de forma directa, Argentina tendrá que afrontar la ronda clasificatoria en marzo, cuyo sorteo de los cruces se realizará este domingo en la Caja Mágica.

En el balance general se puede decir que el plantel de Gaudio abandona la capital española con la cabeza en alto, aunque también es cierto que sólo consiguió una victoria ante Chile antes de cosechar dos caídas ante Alemania y España. La aventura por Madrid llegó a su fin, pero la historia para la albiceleste recién empieza. 

"Era la oportunidad de quedar en la historia, ganarles acá en su casa, pero el tenis es así y no se dio", analizó Gaudio luego de la derrota.

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