El gobierno de Mauricio Macri deja, al terminar su gestión, 22.422 mil pequeñas y medianas empresas menos que en 2015. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) muestra cómo esta destrucción de las Pymes -y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo- está vinculada a cuatro variables que han sido eje de las políticas de Cambiemos: el abaratamiento de los salarios, el aumento de las tarifas de gas y electricidad, la apertura de las importaciones y la suba de las tasas de interés. 

El cuadro que encabeza esta nota refleja la relación entre la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y las Pymes que dejaron de producir. Juan Cruz Lucero, coordinador del Observatorio de Industria y Sector Externo del CEPA, explicó que desde diciembre de 2015 a octubre de 2019 el salario promedio (la remuneración normal y permanente desestacionalizada, medida por el Ministerio de Trabajo) cayó casi 18 puntos. Esta caída del consumo interno, como se observa en el gráfico, tuvo una relación directa con la caída de la actividad Pyme. El gráfico se basa en el número de Pymes existentes según los datos de la AFIP, considerando aquellas empresas de hasta cien trabajadores.

El peor año para las pequeñas y medianas empresas fue el actual, en el que se acumularon los efectos de cuatro años de crisis, con 14.516 cierres. (En cuadro aparecen los promedios anuales, con un número de 539.808 Pymes para 2019; la última actualización del CEPA lleva la cantidad actual más abajo, a 536.896 empresas). Más de la mitad de las salidas de actividad ocurrieron en 2019.

El segundo cuadro es sobre la relación entre el aumento de las tarifas y la caída de las Pymes. Allí el centro que dirige Hernán Letcher muestra cómo a medida que el precio de la electricidad y el gas subía, se profundizaba el deterioro de las capacidades industriales y productivas de pequeñas y medianas empresas. La línea del costo del servicio eléctrico refleja una variación del 4240 por ciento en cuatro años: por el mismo consumo, una empresa que pagaba 50 pesos en diciembre de 2015 debió pagar 1670 pesos en octubre de 2019. El costo del gas, a su vez, tuvo una variación del 4096 por ciento.   

El tercer cuadro tiene que ver con los efectos de la apertura de las importaciones. Lucero, autor de este análisis, señaló que la apertura de las importaciones "implicó un golpe muy fuerte para las pequeñas y medianas empresas del país sobre todo en los primeros dos años del gobierno de Cambiemos. En 2016 y 2017 se produjo un reemplazo de producción nacional por importada hasta abril de 2018, cuando empezó a darse el proceso de devaluaciones constantes, que encarecieron las importaciones, y de recesión. Podríamos decir que en ese momento la apertura de importaciones pesa menos, aunque continúa, pero empieza a subir la tasa de interés como herramienta para controlar la disparada del dólar. El aumento de la tasa de interés constante, sobre todo en 2018 y 2019, impacta negativamente. A medida que aumenta la tasa se destruye más empleo". El último cuadro refleja esta correlación.