Fracasó el intento de Cambiemos de fijar, a través del Congreso, una capa geológica macrista en puestos clave del control de las telecomunicaciones, de la misma forma que busca hacerlo es todos los estamentos del Estado a días de su retirada. La Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, las Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización, no reunió el quórum para sesionar y designar al Defensor del Público de los Servicios de Comunicación Audiovisual y abrir contrarreloj el proceso de selección para que el Ejecutivo elija a miembros de los directorios de Radio y Televisión Argentina SE (RTA) y el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), once días de abandonar el Gobierno y en vísperas que finalice el periodo ordinario del Parlamento. Las denuncias de legisladores de la oposición, trabajadores de los organismos públicos y especialistas en comunicación dieron la alerta y provocó que oficialistas y aliados se ausentaran y no convalidaran los escandalosos nombramientos.

La convocatoria de la Bicameral realizada por su presidente, el senador radical santacruceño Eduardo Costa, estuvo cerca de reunir el quórum porque Cambiemos sentó a 7 de los 16 integrantes de la Bicameral en una de las salas del anexo del Senado. Solo le faltaron 2 para conseguir el objetivo que se había trazado la Casa Rosada.

Junto a Costa estuvieron la senadora macrista cordobesa Laura Rodríguez Machado, y los aliados Juan Carlos Romero (Salta) y Roberto Bausualdo (San Juan); los diputados PRO Marcelo Wechsler y María Piccolomini, además de Karina Banfi (UCR). Pero las ausencias del radical bonaerense Miguel Bazze y el cordobés Juan Brugge --que termina su mandato en diciembre y que hasta una semana atrás estaba dispuesto a acompañar la iniciativa--, frustraron la convocatoria.

La Bicameral había funcionado por última vez hace tres meses. Pero tras la derrota en las PASO, la Casa Rosada comenzó a empujar los nombramientos de funcionarios afines ante su inminente regreso al llano. Así quedaron en las gateras sus propios candidatos. El macrismo reservaba la Defensoría del Público para el periodista Carlos Campolongo, el mismo que acompañó al gastronómico Luis Barrionuevo en la resistida y efímera intervención judicial al Partido Justicialista nacional. Mientras que el Enacom estaba comprometido para el sanjuanino Basualdo.

“No avalamos la convocatoria ni el temario apresurado para cualquier decisión que comprometa la diversidad y el pluralismo en las comunicaciones. Vamos a recuperar la institucionalidad, el pleno y transparente funcionamiento del Enacom y la Defensoría del Público”, había afirmado a PáginaI12 el diputado Pablo Carro (FpV), secretario de la Bicameral, que denunció el intento del Gobierno de “forzar decisiones que no resisten legitimidad ni procedimientos, vía la Comisión Bicameral Audiovisual y TIC”. Ninguno de los legisladores opositores se prestaron a la maniobra de Cambiemos.

A pocos días de asumir, el 29 de diciembre de 2015, Mauricio Macri desguazó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual --que se aprobó durante el gobierno anterior luego de un trajinado debate y audiencias públicas en el Congreso— y desmanteló la Afsca, su organismo de control. Creó también por decreto el Enacom, que colaboró en desregular el mercado de la comunicaciones. Ahora, a pocos días de irse de la Casa Rosada, Macri intentó sin suerte dejar su legado con el nombramiento irregular de directores afines en el control de la estratégica área de comunicaciones.