Los trabajadores de la línea 60 realizan hoy un paro por 24 horas y marchan a la Secretaría de Trabajo para denunciar el "desguace" de la empresa, que pone "en riesgo los puestos de trabajo" e implica "un retroceso en las condiciones laborales". Días después de las elecciones, el Gobierno le autorizó a los dueños de la línea el recorte de ramales: de 19 pasará a tener 7. El mayor miedo de los choferes es que la medida incluya desvinculaciones masivas.

“Recortan puestos de trabajo, obligan a los pasajeros a pagar dos boletos por el recorrido que antes hacían en el mismo colectivo y recortan los recorridos”, se quejaron los trabajadores. La medida de fuerza comenzó a las 0 de hoy y estará acompañada a las 10 por una movilización a la Secretaria de Trabajo, ubicada en avenida Callao y Bartolomé Mitre.

En un comunicado, los delegados explicaron que "a pocos días de perder las elecciones, el gobierno de Cambiemos benefició al grupo DOTA con una readecuación empresaria. La misma supone un alto riesgo en los puestos de trabajo y un retroceso en las condiciones laborales".

“Este domingo comenzaron a recortar los recorridos: de 19 ramales van a dejar 7. Con el visto bueno de un Gobierno que ya no tiene autoridad política. Si había algo que le faltaba a este Gobierno era reventar la Línea 60”, contó Néstor Marcolin, uno de los delegados de los trabajadores, en diálogo con la AM 750.

El trabajador explica que el cierre de ramales obliga a los pasajeros a pagar dos boletos para hacer el trayecto que antes hacían con un mismo colectivo. Según Marcolin, muchos de los ramales que dejarán de funcionar son los que llegaban a barrios humildes. “A esos vecinos de barrios humildes los obligan a gastar más”, se quejó.

El otro temor de los trabajadores es que con el recorte de ramales venga el recorte de personal. De los 970 choferes que son actualmente, creen que serán suficientes 400 o 500 para cubrir los ramales ahora disponibles.

Los trabajadores denunciaron también que tras la modificación de recorridos, la empresa dejó sin efecto condiciones laborales básicas, como tener un lugar de descanso y un baño para higiene de los choferes. “Ya no tenemos cabecera en Barrancas de Belgrano. Nos obligan a parar en la avenida Libertador, en doble fila, con un baño químico que no da abasto para 300 compañeros y sin un lugar para lavarse la cara”, agregó el trabajador.