Hace un tiempo los empresarios vinculados al espectáculo descubrieron que las “experiencias” venden más que los productos culturales. Y que, además, suelen ser más redituables. Así, las marcas de eventos masivos ya instaladas en el imaginario del consumidor empezaron a lanzar ventas anticipadas de tickets, aún antes de anunciar oficialmente quiénes participarían de la programación. El “modelo Lollapalooza”, por llamarlo de algún modo, se replica en otras áreas. La “cultura pop” no escapa a ese fenómeno y, por eso, una convención como la Argentina ComicCon, que comienza este viernes y se extenderá hasta el domingo en el Centro de Exposiciones Costa Salguero (Costanera Obligado y Jerónimo Salguero), tiene la convocatoria que ostenta y vende entradas a precios que, desde cualquier otra perspectiva, pueden resultar exorbitantes. Porque nadie (¿nadie?) pagaría 2500 pesos por presenciar la charla de un actor de Hollywood. Pero cuando esos 2500 pesos permiten recorrer además 10.000 metros cuadrados de stands donde sacarse selfies, se garantiza que habrá centenares de cosplayers con los que repetir el click de la camarita, aparecen entradas para alguna avant premiere y una bolsa con una cuponera de descuentos, la perspectiva para el fan cambia. Es toda una tarde empapándose de la cultura ñoña en su máxima expresión. Y ahí deja de importar cuánto espacio tiene realmente el cómic en una “ComicCon” (spoiler: en esta edición particular hay invitados muy interesantes). El ángulo para mirar el fenómeno es otro.

La experiencia de haber ido (y contarlo por las redes sociales), la sensación de “pertenecer” a un conjunto mayor es particularmente potente. Más aún en un segmento demográfico que tiende a definirse a sí mismo, antes que nada, por sus consumos culturales. Esto explica, también, la compra de entradas anticipadas aún antes del anuncio de los invitados y las actividades, y que la caída de una figura internacional no cause una avalancha de protestas ni reclamos de devolución de dinero. Hay cinco pabellones, dos salas de conferencias y bastante espacio general del predio que prometen, al menos, amplitud para perderse.

Pero después de esta introducción, ¿qué encontrará el visitante que quiera tentaciones más tangibles para animarse a esa “experiencia”? Por lo pronto, una lista de invitados bastante sólida. Si en ediciones anteriores se le pudo reprochar a la convención la falta de primeras figuras, en la segunda partida de 2019 (se realizan dos por año) están todas las bases cubiertas.

En primer lugar, pisa fuerte Netflix con el lanzamiento de The Witcher, la serie de la plataforma de streaming basada en la saga literaria Geralt de Rivia (del polaco Andrzej Sapkowski), que ya tiene una exitosísima adaptación en videojuegos. Y para la presentación llegan su showrunner, la norteamericana Lauren Schmidt Hissrich (también responsable de series como Daredevil o The Defenders), y el actor Henry Cavill, que no sólo protagonizará esta nueva saga, también fue Superman en las últimas películas que presentaron al emblema de DC Comics. Entre los actores invitados también figura la jovencita Kiernan Shipka, quien protagoniza El mundo oculto de Sabrina, la remake de la popular serie de los ’90. La secundará su compañero de elenco Gavin Leatherwood. Cartoon Network, en tanto, aportará a Owen Dennis, creador de El tren infinito.

Para no desesperar a los comiqueros, entre los internacionales destaca particularmente Junji Ito, el mangaka, célebre por su obra dedicada al terror, con obras como Uzumaki, Gyo o Tomie. Y si el manga no es del paladar del comiquero de turno, también estarán la guionista Gail Simone (Batwoman, Birds of prey y otras), quien ya visitó el país en la Crack Bang Boom de hace un par de años. A ella se sumará Ben Templesmith, un dibujante australiano conocido particularmente por su cómic 30 days of night, que tuvo su adaptación a la pantalla hace algunos años. Además, el “artist alley” reunirá a ilustradores e historietistas vendiendo su obra. En ese rubro destaca el uruguayo Matías Bergara y el brasileño Renato Guedes, además de una lista extensísima de autores locales y de países limítrofes. En total, Argentina ComicCon propone a sus asistentes una lista de 300 artistas de distintos rubros, que incluye también a guionistas, directores y actores locales (llaman la atención ahí Guillermo Francella y Thelma Fardin, por ejemplo), pero también escultores, “creativos” y cosplayers.

Las marcas reconocen ese capital simbólico y por eso, también, aportan su dinero. Las productoras, distribuidoras o canales de tv ofrecen stands con sus lanzamientos o que reproducen el set de sus series icónicas (este año habrá uno de Friends, por ejemplo). Empresas vinculadas al consumo masivo, como Coca Cola, auspician directamente los concursos de cosplay, uno de los principales atractivos para el público general. Aunque este año la atención debería estar fuera de esos escenarios competitivos: como ya se contó más arriba, viene Superman.

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