Foto: Pablo Mehanna

La cocina de Latinomérica

Tres jóvenes (dos de Venezuela, el otro de Argentina) y un restaurante ubicado en Caballito, alejado de los reflectores. Sobre la calle Beauchef abrió Ronconcon, una propuesta de sabor y sazón latinoamericanos. “Hacemos comida de Latinoamérica pero sin ortodoxia, jugando con los ingredientes típicos”, cuenta Paúl Porras, parte de la cuota venezolana de esta sociedad.

El lugar está en una casona antigua, de esas que abundan por esta zona residencial, ambientada con esfuerzo e inteligencia por los propios dueños. Madera, ladrillos, un enorme mural pintado a mano, una barra reciclada, motivos selváticos por doquier y una iluminación pensada para dar intimidad. Amigable, el espacio recibe con puertas abiertas y sonrisa asegurada.

Continente enorme y diverso, Ronconcon deambula de un país al otro con platos de tamaño medio pensados para compartir. El ceviche de pesca curada es de los mejores de Buenos Aires (curan el pescado con sal y azúcar, lo que le da otra textura y sabor; sale con una leche de tigre con ají amarillo; $595). Las arepas de cerdo con piña confitada son adictivas ($420), lo mismo que los tequeños de queso llanero, chorizo y criolla de bocadillo ($350). Las mollejas con cachapas (tortillas de choco dulce) y chimichurri de huacatay ($420) son un best seller de la casa (atención: como pasa con el cilantro, el huacatay provoca grietas insalvables entre comensales). De postre, el volcán de plátano maduro, con dulce de leche, crema de queso, guayaba y lima ($240) es un gran final.

Pocos y ricos vinos arrancando en los $600 y muy buenos cócteles (un socio es Emiliano Bruno, bartender que pasó por las mejores barras de la ciudad) como el Tamarindo Daisy, con tequila macerado con ajíes picantes, cordial de tamarindo, triple sec y limón ($265) o la versión latina del Gimlet, con london dry gin, flor de Jamaica, cilantro y lima ($250).

En un barrio conservador, Ronconcon alumbra con sonidos y sabores propios. Sonidos y sabores que reflejan la intensidad de esta parte del continente.

Ronconcon queda en Beauchef 527. Teléfono: 2085-5860. Horario de atención: miércoles a domingos, de 20 al cierre.

Foto: Pablo Mehanna


La soda al poder

En medio de una fiebre (que es mundial) por el vermú y los cócteles ligeros y refrescantes, Sifón abrió repleto de energía centennial en el cada vez más gastronómico barrio de Chacarita, como una versión amplia y abarcativa de esta tendencia. “Pusimos al sifón al frente. Lo servimos con los vermús, es parte de los tragos, damos un vino orgánico sodeado. En todas las bebidas, queremos que haya algo de soda”, cuentan desde este bar que tiene mucho de restaurante, con platos muy sabrosos unidos bajo la premisa de la cocción a la plancha. Esa cocción que asegura costras crocantes y masivas reacciones de Maillard (se llama así a la deliciosa caramelización que se produce en carnes y verduras al cocinarlas rápido en superficies muy calientes, como le pasa al bife cuando se lo pone en una plancha).

Para beber, es posible pedir una jarra con sifón (litro de vermú a $680; litro de vino orgánico a irrisorios $350). También cócteles diseñados por la gran bartender Ana Varela, como La Sedería (una suerte de Old Fashioned más ligero), el Ginsodic (un Gin Tonic donde la tónica se reemplaza con cordial de cítricos, tintura de lavanda y soda) o el Cibrís (con gin, granadina, pomelo y soda), entre otros.

A la hora de pensar la comida, desde Sifón llamaron a Juan Barcos como consultor, quien armó una carta con raciones varias como las empanadas de osobuco ($160 las dos unidades), los escabeches de la casa ($180), la genial chistorra (un embutido de tipo español, inundado de pimentón) con huevo frito y pan de masamadre ($250), las mollejas -muy buenas- con chalaquita ($260) o un contundente repollo con miso y furikake a $200, entre más opciones. Todas porciones de chicas a medianas, para comer más de una, a precios muy amigables.

El salón es amplio, con un patio en un costado y la barra protagonista al fondo. El ambiente que se respira es muy joven, ruidoso, lejos de toda formalidad, con cierto espíritu de casa vieja y compartida. A un par de meses de abrir, Sifón ya es uno de los éxitos que apuntala a Chacarita.

Sifón queda en Av. Jorge Newbery 3881. No toman reservas. Horarios de atención: lunes a jueves de 18 al cierre; viernes, sábados y domingos de 11 al cierre.

Foto Pablo Mehanna

Pizza a la sombra del ceibo

Amaro Hnos ocupa una preciosa y tranquila esquina de Núñez, un barrio que supo ser también tranquilo pero que de a poco se está reconvirtiendo en polo gastronómico. Creado por dos hermanos -y con buena parte de la familia restante ayudando-, Amaro es un lugar pequeño y simple, con un equilibrio entre precio y calidad que lo convierte en una muy buena opción para este verano. Especialmente, si se aprovechan las mesas en la vereda, bajo la sombra de un enorme ceibo aún en plena floración.

Por origen familiar (de Italia) y por experiencia personal (uno de los socios, Alejandro Zielli, trabajó en la mejor época de Filo hace ya casi dos décadas, para convertirse luego en uno de los mejores bartenders del país), Amaro Hnos se especializa en los sabores del mediterráneo. Polenta grillada con hongos, tomates cherry y pesto ($210), burrata con arándanos ($320), un rico vitel toné (se ofrece siempre, más allá de las fiestas, a $300) o una caponata de vegetales asados y almendras a $170 son parte de los antipasti ofrecidos. Se suman ensaladas varias (Caesar, con salmón, con pasta, con calabaza) y un par de platos de fondo que varían diariamente, con una pasta y un pescado (usualmente trucha) presentes (el combo de principal más bebida sale $380). De todas maneras, la especialidad de la casa son las pizzas, que nacen en un bellísimo horno que hipnotiza la mirada, alimentado a quebracho hasta alcanzar los infernales 500°C. Son pizzas finitas que recuerdan a las las italianas, pero con un piso crocante como gusta a los argentinos. Hay varias opciones para elegir: crudo y rúcula a $390, queso azul y calabaza a $380, de anchoas (sin queso) a $330 o una de hongos a $350, entre otras. De mediodía se puede pedir un menú de pizza con bebida sin alcohol a $350 (y con cerveza Stella Artois a $400).

Abierto todo el día, Amaro Hnos es un gran lugar para ir al atardecer, beber un fresco Apóstoles Tonic con una clásica pizza Margarita, a la sombra de la flor nacional.

Amaro Hnos queda en 11 de Septiembre 4202. Horario de atención: lunes a sábados de 12 a 24. Reservas por Instagram: @amaro.hnos