Acompañado por todo su gabinete y un centenar de representantes de diversos sectores sociales, Alberto Fernández encabezó la primera reunión del Consejo Federal Argentina contra el Hambre, una política de Estado que había anunciado tras la victoria del Frente de Todos en las PASO y que apunta a garantizar el derecho a la alimentación de los argentinos más castigados por la política económica de la alianza Cambiemos. El presidente exhortó a toda la población a “ponerse a trabajar e involucrarse, no importa de dónde vienen ni cómo piensan”, porque es “indigno ser parte de una sociedad que no se preocupa por el que tiene hambre”. El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, recordó que el plan que ya comenzó a implementarse en Concordia , Entre Ríos, que cuenta con un presupuesto inicial de 60 mil millones de pesos, y estimó que para marzo llegará con aportes mensuales de entre 4000 y 6000 pesos, destinados exclusivamente a la compra de alimentos, a las madres de dos millones de chicos.

“Este plan no es el plan del gobierno, no es el plan de Alberto Fernández, es el plan de la Argentina. Los dueños del plan somos los argentinos de bien que no queremos que ningún argentino pase hambre”, dijo el presidente ante un auditorio que incluyó a referentes de derechos humanos como Estela Carlotto o Adolfo Pérez Esquivel, sindicalistas como Roberto Baradel y Sonia Alesso, miembros de la Iglesia católica como Carlos Tissera (Cáritas) y evangélica como Bernardo Affranchino, y dirigentes empresarios como Daniel Funes de Rioja (Copal, de la industria alimenticia) o Carlos Vila Moret (Sociedad Rural).

“Un país dividido entre los que comen y los que no comen es un país fracturado”, explicó el presidente, que describió el plan como “un primer paso para que todos vivamos en una Argentina unida”. “Queremos construir un destino común. Un país unido en el que comprendamos que lo que le pasa al otro nos afecta a todos”, destacó durante el encuentro en el Salón Sur de la Casa Rosada. “Inviten a todos, no me importa de dónde vienen, cómo piensan, qué representan en términos de intereses”, confesó. Lo escuchaban también Esteban “Gringo” Castro (CTEP), Jaime Perczyk (flamante secretario de Políticas Universitarias), Agustín Salvia (Observatorio de la Deuda Social de la UCA), la ex senadora Hilda “Chiche” Duhalde, Jorge Knoblovitz (presidente de la DAIA) y el animador Marcelo Tinelli (presidente de San Lorenzo).

“Tenemos que tener vergüenza de decirnos el país que produce alimentos para 400 millones de personas y no poder alimentar a 15 millones de personas en situación de pobreza”, había dicho el entonces candidato a principios de octubre. Fernández volvió a citar esas cifras y enfatizó que terminar con el hambre “nos va a hacer una mejor sociedad. Luego lamentó que “algunos no entienden” que la Ley de Solidaridad Social que horas antes había aprobado Diputados sienta “las bases para cambiar la lógica que imperaba”, para reemplazar “un sistema de especulación por un sistema de producción”, para poner “en primer lugar al que padece para que todos estemos mejor”. “Ese es el sentido de este encuentro”, afirmó también ante Carlos Achetoni (Federación Agraria), Antonio Aracre (multinacional Syngenta) y los supermercadistas Víctor Fera (Maxiconsumo) y Juan Vasco Martínez (Supermercadistas Unidos).

Después del encuentro, Arroyo dio precisiones sobre la implementación del plan que arrancó el jueves en Concordia con la distribución de 7000 tarjetas Alimentar. Sus beneficiarias directas son madres de chicos de hasta seis años sin trabajo formal que cobran una Asignación Universal por Hijo (AUH), o bien asignaciones por embarazo o por discapacidad, que recibirán mensualmente entre 4000 y 6000 pesos. El impacto se extenderá además a los productores y empleados del rubro de la alimentación, a partir de la dinamización de la actividad económica. “Es un esquema en el que las madres pueden acceder a comprar alimentos, con una tarjeta que no permite extraer dinero”, expresó el ministro y anunció que “en los primeros días de enero vamos a dar el cronograma para todo el país”. “En marzo esperamos cubrir el 80 por ciento del país, de estos 2 millones de chicos”, estimó, y agregó que el presupuesto inicial del plan rondará los 60 mil millones de pesos y comprenderá la distribución de “casi 1.400.000 plásticos”.

Victoria Tolosa Paz, titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, contó que el presidente la convocó “para darle a esta política de Estado que es Argentina contra el Hambre el carácter de una política pública integral”, que incluye en primer término “una matriz productiva de alimentos: quiénes, cómo y dónde se producen los alimentos en la república Argentina”. La funcionaria destacó “el drama de la falta de agua potable y segura en el 91 por ciento de los 4416 barrios populares censados” y anunció la articulación con el ministerio de Infraestructura y con la provincia de Buenos Aires “para garantizar el primer derecho a la alimentación”.

El encuentro y la conferencia incluyó al escritor Martín Caparrós, autor en 2014 del libro El hambre. El presidente contó meses atrás que el plan surgió en una audiencia que el escritor radicado en España le pidió durante su estadía en Madrid, cuando le entregó un ejemplar y le planteó “por qué la Argentina, con todo el potencial de producción de alimentos que tiene, no se pone de pie para terminar con el hambre”. Caparrós se manifestó “entusiasmado de que un presidente piense que esta es una tarea prioritaria”, no sólo “por lo es grave que es que haya hambre en un país productor de alimentos, sino para darnos una tarea común, que podamos hacer entre todos y podamos concretarlo”. “Me parece que es algo que vale la pena apoyar. Está claro que no es un eslogan”, destacó.

La flamante política estatal incluirá la creación de la figura del Promotor de Seguridad Alimentaria y Nutricional, a cargo de gobiernos provinciales, que serán los encargados del asesoramiento nutricional a los titulares de las tarjetas y del seguimiento de la ejecución del programa. A su vez se pondrán en marcha talleres de orientación para promover alimentos sanos y frescos. El programa contará con dos entidades encargadas de articular, monitorear y evaluar el plan: el Consejo Federal Argentina Contra el Hambre, conformado por los gobiernos nacional, provinciales y municipales más las organizaciones sociales y religiosas, sectores laborales, económicos, productivos, universidades y medios de comunicación, y por otro lado el Observatorio Nacional Argentina Contra el Hambre, integrado por universidades y centros de estudios.