Miguel Russo es un viejo conocido de Boca, al que dirigió durante 2007 y logró la última Copa Libertadores ganada por el club. La gran figura de aquel equipo era Juan Román Riquelme, que llegó a préstamo del Villarreal por cuatro meses y cumplió con creces todo lo que se esperaba del ahora vicepresidente segundo del club.

Además de Riquelme, aquel equipo de Boca tenía a Mauricio Caranta en el arco, una pieza clave en la consagración lograda ante Gremio, equipo al que goleó 3-0 en La Bombonera y al que venció 2-0 en Porto Alegre. Adelante, la delantera la conformaban Martín Palermo y Rodrigo Palacio, mientras que en el mediocampo emergía un joven Ever Banega, secundado a los costados por otros dos valores de las inferiores xeneizes: Pablo Ledesma y Neri Cardozo.

La defensa mezclaba experiencia y juventud, con Hugo Ibarra, Daniel Díaz, Claudio Morel Rodríguez y Clemente Rodríguez como titulares habituales. Alternaban también en la defensa Jonatan Maidana, luego ídolo en River, Jesús Dátolo y Sebastián Battaglia en la mitad del campo y Mauro Boselli y Bruno Marioni en el ataque. En camino al título, Boca eliminó a Vélez en los octavos de final, a Libertad de Paraguay en cuartos, al Deportivo Cúcuta en semis y a Gremio en la definición.

Russo, de 63 años, había llegado a Boca luego de una larga trayectoria como técnico, que se inició en Lanús en 1989, después de haber brillado como volante central en Estudiantes, su único equipo como futbolista. En el club granate logró el ascenso, descendió al año siguiente y volvió a subir para consolidarlo en la máxima categoría. De allí regresó a Estudiantes, que se encontraba en la B Nacional y al que ayudó a ascender en dupla con Eduardo Manera.

Tras dejar al Pincha en primera, su siguiente experiencia fue en la Universidad de Chile, a la que llevó a una semifinal de la Copa Libertadores. Desde ahí vivió experiencias disímiles en Central, Lanús, Colón, Los Andes y un paso por España (Salamanca) y México (Morelia), hasta que reflotó su carrera con un título en Vélez, que le sirvió para llegar a Boca. 

Tras perder con el Milan en la final del Mundial de Clubes 2007, ya sin Riquelme en el equipo, Russo no renovó su vínculo con Boca y siguió su carrera en San Lorenzo. Con menos impacto, su trayectoria continuó con ciclos en Central, Racing, Estudiantes y Vélez, su último club en Argentina en 2015.  

A partir de ese momento, el ex volante central continuó su experiencia en Sudámerica, primero en Millonarios de Colombia, donde logró dos títulos, luego en Alianza Lima de Perú y por último en Cerro Porteño de Paraguay, equipos con los que participó en la última Copa Libertadores.

Ahora tendrá un desafío mayúsculo con su segunda etapa en Boca, en un cuerpo técnico compuesto por Leandro Somoza y Hugo Ibarra como ayudantes, más Damián Lanatta como preparador físico.