PáginaI12 En Colombia

Desde Medellín

Es domingo. Las jornadas de trabajo no cesan en los hoteles y recintos donde el Secretariado de las FARC y su gente de confianza se pasa las horas en Bogotá, desde que se firmó el Acuerdo de Paz a finales del año pasado, y este ejército rebelde comenzó su tránsito a la legalidad. No importa el día de la semana para reuniones, escritura, entrega de documentos y comunicaciones a los 26 puntos del país (zonas y puntos de transición a la normalidad) donde hoy se encuentra reunida su tropa a la espera de comenzar una vida en la democracia. Comenzar a hacer realidad lo pactado no ha sido fácil y por eso, tanto funcionarios de gobierno como los aún hoy guerrilleros todavía, trabajan sin descanso en todo el país. 

La prensa tampoco cesa. Cada día los titulares nacionales se refieren a las idas y vueltas sobre la paz con las FARC, y comparten primer plano con los escándalos de corrupción que salpican a toda América Latina. Pero el fin de semana que terminó, Odebrecht y FARC se volvieron una sola noticia. Según la revista brasileña Veja, esa compañía habría pagado “impuestos” a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por prestarle seguridad durante la construcción de mega obras en las carreteras colombianas. La misma Odebrecht desmintió la información ayer desde Brasil. Mientras las FARC se negaron a pronunciarse sobre el tema. En entrevista con PáginaI12, el comandante Jesús Santrich rompió el silencio al respecto y aseguró que no cree que esa compañía haya financiado a su organización insurgente. También se refirió a los avances y tropiezos de la implementación de la paz en diversos aspectos.

–¿Odebrecht financió a las FARC?

–Lo de Odebrecht lo tendrán que decir ellos. Somos aún hoy una organización insurgente, rebelde, por tanto nuestra financiación no era precisamente con auxilios estatales. Recordemos que nos financiábamos con una normatividad paralela que creamos en el pasado y le cobrábamos impuestos a todas clase de economías. Hoy somos una organización que transita a la legalidad pero eso no debe convertirnos en delatores. Pregúntense entonces sobre los fusiles americanos que tenemos. ¿Quién nos los dio? ¿La embajada gringa? Estamos en transición a la legalidad, pero eso no nos convierte en delatores. Por lo tanto, no vamos a hacer ninguna afirmación a favor o en contra de Odebrecht. Claro que hemos recogido recursos de muchas áreas, de muchas zonas, de muchas empresas. Nuestra financiación no ha salido de la nada. Francamente, no creo que Odebrecht haya financiado a las FARC. Esto puede tratarse más bien de una cortina de humo para desviar la atención frente al problema que tenemos con funcionarios públicos como el Fiscal General que sí está involucrado en el caso de Odebrecht. 

–¿Y en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y su tribunal podrán decir lo mismo? Este acuerdo supone que todos aportarán a la verdad.

–Tenemos que hacer una diferenciación. Diremos la verdad sobre lo que haya imputaciones. Pero si se está entendiendo que lo que va a pasar en la JEP es enjuiciar un proceso revolucionario estamos equivocados. Decir la verdad no es convertirse en delator. Aportar a la verdad es dar los razonamientos suficientes para que se pueda construir la paz. Ahora, la prensa exige verdades, pero son los que menos tienen que pedir explicaciones, me parece a mí. Los medios no pueden ser el estrado de enjuiciamiento de todo el mundo. Ya miraremos cuando entre la JEP qué tendremos qué decir nosotros y qué tendrán que responder los medios. En Colombia, los medios deberían hacerse una instrospección sobre su responsabilidad en la guerra, antes de estar enjuiciando a todo el mundo.

–El deber de la prensa es preguntar. ¿En qué va la dejación de armas que inició esta semana?

–Lo que inició fue la verificación de las armas, aún no se inicia la dejación. No vamos a dejar el 30% como estaba presupuestado en el cronograma, el gobierno ha incumplido para iniciar la construcción de las zonas y puntos de normalización. El punto que tenemos más avanzado se llama Pondores, en La Guajira, y va por un 25% entonces si hacemos cálculos y seguimos avanzando a este paso el 100% no estará listo para el DÍA D + 180 (cuando se cumplen los seis meses estipulados para la dejación y destrucción total de las armas). La implementación va lenta, y nosotros hemos demostrado nuestra voluntad de paz, por ejemplo, cumpliendo con reunir nuestros combatientes. Pero hay una serie de incumplimientos de parte de gobierno que podrían seguir retrasando todo. De todas formas, recordemos lo más importante: hoy no hay despliegue estratégico militar. Ya no hay acción de guerra. Con la llegada a las zonas veredales y puntos transitorios la guerra terminó. Eso es mucho más importante que desarmar a las FARC. Hay más preocupación por las armas que por la gente. Y las armas ya están puestas fuera de combate. La gente está a la espera de una nueva vida.

–¿Cómo avanzan los demás asuntos de la implementación?

–El gobierno ha incumplido mucho. De 400 indultos pendientes (estos fueron solicitados antes de la Ley de Amnistía), solamente hay unas 150 resoluciones, pero en la calle no tenemos un centenar de guerrilleros todavía. Por otro lado, la Ley Quinta para los voceros de Voces de Paz ya está aprobada pero no ha sido sancionada por el presidente. Y recordemos que el fast track es para resolver lo que está en el acuerdo, y dura seis meses prorrogables. Llevamos dos y no hemos sacado mayor cosa. La implementación está empatanada. Y con esto se está poniendo en riesgo la voluntad de la gente. Tampoco ha comenzado la reforma rural integral. La sustitución de cultivos avanza con unos acuerdos firmados en todo el país.  En general, son tantos los incumplimientos del gobierno que las armas aún no han pasado a custodia y cuando eso pase solo Naciones Unidas y los militares tendrán que ver con esa acción. A la fecha no hay una sola zona o punto que esté terminado. Tenemos a los guerrilleros y guerrilleras en campamentos que rodean dichas lugares, pero aún sin condiciones para habitar los lugares, lo cual debió haberse cumplido. 

–¿Cómo está el ánimo entre la gente de las FARC? Ha habido algunas disidencias y también siguen asesinando líderes sociales que han defendido el Proceso en las regiones más apartadas.

–Si redoblamos esfuerzos lo vamos a lograr. Pero no se puede jugar con la voluntad de paz de la gente. El despliegue del paramilitarismo continúa. No lo ha detenido nadie. Y parece que no hubiera voluntad para hacerlo. Sí, siguen desbordados los asesinatos de los dirigentes populares. Y claro que existe sistematicidad en eso, pero ni siquiera la unidad de investigación del paramilitarimo se ha creado. La seguridad y que el gobierno cumpla son urgentes. El compromiso de las FARC y el pueblo no están en duda.