No es tiempo para hacer deportes en Australia, inmersa en una graves crisis medioambiental por los incendios que la azotan desde noviembre último. Pero, el dinero manda. Lo comprobó la tenista eslovena Dalila Jakupovic, quien tuvo que abandonar su partido de qualy en el Grand Slam oceánico tras sufrir un intenso ataque de tos como consecuencia de la mala calidad del aire por el humo de los incendios que se respira en Melbourne.

Unas horas después del episodio, la organización del torneo comunicó la suspensión de toda actividad por el día, incluidos los entrenamientos. El inicio de la primera ronda del Abierto está fijada para el 20 de enero.

"Estaba realmente asustada. Me tiré al suelo porque sentía que no podía caminar. No tengo ningún problema respiratorio. Es más, a mi me gusta el calor", aseguró la tenista número 180 del ránking de la WTA, quien abandonó entre lágrimas el duelo que estaba ganando frente a la suiza Stefanie Vogele (117º), por 6-4 y 5-6.

La eslovena declaró luego que "no es justo" que los organizadores del torneo decidieran llevar adelante la jornada en Melbourne Park dadas las condiciones del aire. "No es sano para nosotros, me ha sorprendido que decidieran jugar pero nosotros no hemos tenido mucha decisión", sentenció.


Jakupovic no fue la única que sufrió los efectos de la calidad del aire en Melbourne, pues tenistas como el local Bernard Tomic o la canadiense Eugenie Bouchard necesitaron parar sus partidos para recibir asistencia médica como consecuencia de las dificultades respiratorias.

Craig Tiley, presidente ejecutivo de Tennis Australia, aseguró que consultaron con organismos como la ATP o la WTA para tomar una decisión común y que ambos estuvieron de acuerdo que llevar la jornada a cabo retrasándola tan sólo una hora, algo que no duró demasiado. "Es una experiencia nueva para todos nosotros y por tanto tenemos que hacer caso a los expertos para tomar la decisión correcta al respecto", añadió.

Australia ya viene de ser sede de la Copa ATP, recientemente ganada por Serbia, en simultáneo con los incendios, que ya se cobraron 28 víctimas fatales humanas, cientos de miles de evacuados y millones de animales muertos.