La historia, por muchas conocida, dice así: a fines de la década de 1880, tras ensayar expresiones alunadas, la arrojada periodista Nellie Bly (1864-1922) inicia su celebérrima pantomima para que la den por orate, amén de ser ingresada en un manicomio de mujeres y cubrir las desdeñables condiciones que atravesaban las pacientes día a día. Convence a docs y jueces, y raudamente es enviada al asilo de la isla de Blackwell, en Nueva York, donde abandona cualquier atisbo de acting. Pero el personal médico lee en sus más ordinarias acciones manifestaciones de locura y no ahorra en tratos degradantes y abusivos -desde baldazos de agua helada hasta gritos y golpes-. Bly permanece allí 10 días, sufriendo en carne propia experiencias límite que luego pone por escrito en el artículo Ten Days in a Mad-House, publicado por el periódico New York World de Joseph Pulitzer. Desgarrador testimonio que no solo evidenció los pésimos tratos a mujeres en instituciones psiquiátricas y generó indignación generalizada: obligó a las autoridades a introducir cambios en presupuesto y condiciones de vida. Devino hito del periodismo de investigación y convirtió a su autora en rutilante reportera (sellado luego su suceso con otros testimonios en primera persona: su viaje alrededor del mundo, artículos de denuncia escritos en calidad de reportera undercover tras inmiscuirse en fábricas o casas de alta alcurnia como obrera o doméstica).

Pues, más de 130 años después de esos 10 días en un manicomio neoyorkino, vuelve la fuera de serie Nellie a aquella isla… en forma de instalación arty. Instalación diseñada por la escultora estadounidense Amanda Matthews, dicho sea de paso, que verá la luz en algún momento de este 2020. Se erigirá a pocos metros de lo que solía ser el asilo de Blackwell, parcialmente demolido a mediados del siglo 20, que hoy día es un complejo residencial de lujo. “Repasando su vida y obra, noté cómo aparecía una y otra vez su preocupación por dar voz a mujeres que no tenían ni visibilidad ni prominencia en la sociedad de aquel entonces”, advierte AM, pronta a adelantar que su pieza se llamará The Girl Puzzle: guiño al titular de la primera nota publicada de Bly, una carta reflexiva y apasionada que abogaba por empleos sólidos, estimulantes y bien remunerados para las trabajadoras. Por lo demás, explica la artista que su obra homenaje consistirá en una larga pasarela rodeada por caras anónimas en bronce -en representación de las anónimas mujeres a las que Nellie prestó su pluma-, frases talladas de sus artículos, además de una escultura de gran tamaño del rostro de la audaz reportera. Un trabajo con propósito: oficiar de recordatorio no solo de la bio de la singular periodista sino de las comunidades cuyos derechos defendió a capa y espada con sus letras, rompiendo con las cadenas de lo socialmente aceptable para una muchacha del 1800s.