La Liga Bioenergética que integran seis provincias argentinas productoras de biocombustibles salió al cruce del sector petrolero, con el que mantiene un fuerte conflicto de intereses. Según publicó el Cronista Comercial, las grandes petroleras publicarán en los próximos días un informe que sostiene que mantener el régimen de promoción de los biocombustibles costó 6.000 millones de dólares en 15 años. 

La respuesta no tardó en llegar. La Liga, de la cual Santa Fe es fundadora y promotora en los últimos años, hizo una devolución con los beneficios de esa industria. Indicó que "no está subsidiada, al contrario de otras industrias que necesitan que les garanticen mejores precios que los fijados internacionalmente para hacer inversiones en Argentina" y que "evitó importaciones por más de u$s 27.000 millones de dólares en el periodo 2010–2019".

Un tercer punto es que "desde hace más de 10 años, los biocombustibles constituyen (y así debe continuar) una política de Estado nacional y federal, que contribuye a la sostenibilidad ambiental, el desarrollo de economías regionales, la industrialización de producción primaria en origen, sustitución de importaciones y la diversificación de la matriz energética".

Las fábricas de biodiésel y bioetanol denuncian hace 3 años una situación gravísima, con plantas cerradas en algún caso y otras trabajando por debajo del límite de rentabilidad. A diferencia de las fábricas que pertenecen a las grandes cerealeras, dedicadas a exportar, las pymes abastecen el corte obligado de la nafta y el gasoil para el mercado interno.