Este año se cumple el primer siglo del nacimiento de dos escritores con temáticas y estilos contrastantes.

En efecto, en enero de 1920 nació en Petrovichi, Rusia, Isaac Asimov, uno de los más notables divulgadores científicos del siglo XX. Temáticas tan diversas como la historia social y política antigua de Oriente, Grecia y Roma, la bioquímica y la física. Se destacó como un brillante narrador de cuentos y novelas de ciencia ficción y fantasía científica. Creador de la Trilogía de Trantor con Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación, El fin de la eternidad, Yo robot. Se le atribuyen más de 150 libros. Un extraordinario gestor de ficciones que interpelan las contradicciones de la sociedad y de la especie humana en la era tecnológica.

También en 1920, pero en setiembre, en Paso de los toros, Uruguay, nació Mario Benedetti, cultor de un estilo narrativo muy singular que a través de la poesía, los cuentos y las novelas aborda temas y problemáticas de la vida cotidiana. Benedetti perteneció a la llamada "Generación del 45", junto con Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño. Entre otros producen una ruptura con el estilo y los tópicos costumbristas. Emerge con este movimiento una corriente literaria que pone sobre el tapete la alienación social, la burocratización, los desencuentros afectivos de mujeres y hombres hastiados de la rutina cotidiana. Los cuentos de Montevideanos y Los poemas de la oficina, novelas como La tregua y Gracias por el fuego son la expresión más clara de esto.

Ausencias físicas las de Isaac Asimov y Mario Benedetti que se sienten.

Sus legados los sobreviven en páginas que volveremos a leer con fervor.

 

Carlos A. Solero