En el marco del conflicto que hubo ayer nuevamente en Santa Victoria Este por la reinstalación de la gerenta Marcela Quispe, los médicos del Hospital decidieron poner un cartel con el aviso de suspensión de las atenciones a menos que sean de emergencia. 

“Atención: sólo emergencia con riesgo de vida. No hay médicos”, indicaban el cartel pegado en una de las puertas. Ante ello, desde el Ministerio de Salud se decidió recurrir al de Seguridad para poner policías que custodien la institución, en la que se atiende a una de las poblaciones más vulnerables de la provincia, en su mayoría miembros de comunidades originarias. De hecho de allí son dos de los tres niños wichís muertos por causas vinculadas a la desnutrición.

Personal del Hospital había tomado la decisión de no atender cerca de las 19 de ayer tras una mañana complicada.

Durante el mediodía, la madre de Belén Barbier, una chica que falleció junto a su pareja el 9 de diciembre tras haber colisionado su moto con una ambulancia, fue a sacarla a Quispe. La gerenta había sido reinstalada en el cargo por el Ministerio de Salud de la provincia pese al pedido de la familia quien la responsabiliza por el desorden que existe en el área operativa.

El accidente y muerte de Belén generó que su padre, Gervasio Barbier, también referente del Instituto Instuto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) del pueblo wichí de Santa Victoria Este pidiera la exoneración de la médica. Sucede que Barbier asegura que Quispe y otros responsables del Hospital conocían las denuncias contra los choferes de las ambulancias por manejarlas en estado de ebriedad. Sin embargo, dijo que nunca se hizo nada al respecto.

A ello Barbier sumó los malos tratos de la médica y la falta de entendimiento a las comunidades. El tono de las denuncias que ya habían generado amenazas a su integridad, hicieron que Quispe tomara licencia por 60 días. Pero retomó sus tareas antes de que esta concluya.

Durante la ausencia de Quispe en la gerencia, Barbier se reunió con funcionarios del Ministerio de Salud. El pedido principal era que Quispe no vuelva y que el doctor Juan Casabella Dávalos se quedara de gerente.

El lunes de esta semana la médica fue reinstalada y Casabella Dávalos trasladado. Ante está conclusión, que sucedió mientras Barbier estaba en Salta Capital con las gestiones, su familia en Santa Victoria Este decidió que iban a tomar el Hospital lo cual finalmente sucedió este jueves.

Al mediodía, durante la toma, la madre de Belén entró directo al despacho de Quispe y la intimó a irse. En medio de forcejeos y con policías de por medio, la médica salió escoltada y se fue. Ya en su domicilio, llegó la Infantería para protegerla, dado que los manifestantes fueron hasta allí.

Quispe y Casabella se fueron y los médicos que quedaron decidieron no atender por temor a que les pase lo mismo. Ante ello, el secretario de Salud, Antonio de los Ríos, solicitó la intervención del Ministerio de Seguridad para custodiar el Hospital con policías.

“Fue un problema de Barbier que agredió a todo el mundo. Específicamente él no respeta la Ley”, dijo de los Ríos a Salta 12. Afirmó que Casabella se fue “por un pedido suyo, porque quería salir del área operativa”. El funcionario de Salud afirmó que “acá hay un capricho de una persona que tiene nombre y apellido. Entiendo el dolor, pero el capricho no”, dijo.

Barbier por su parte, afirmó que existe la Ley “pero para nosotros no se cumple. Mi hija murió. Y sus asesinos, libres”. Se teme que ante su actitud la primera acción que se tome desde la Justicia sea su detención. “A mi ya no me importa. Sé que esta es mi verdad y también lo sabe la otra gente”, sentenció.