Tanto el Ministerio de Trabajo, a través de un documento interno citado por la agencia Télam, como el ministerio de Producción, en declaraciones de su titular Francisco Cabrera, dieron a conocer evaluaciones absolutamente favorables para la situación de la industria y negaron una incidencia negativa de las importaciones sobre la actividad productiva local. Ambas expresiones estuvieron orientadas a descalificar las razones de la movilización del día de ayer, en la que además participó una inusual columna de empresarios pymes y de sectores sensibles. “La incidencia de las importaciones de productos sensibles en el mercado interno fue mínima para la producción nacional”, aseguró la cartera laboral, estimando que la participación en los sectores analizados va del 0,1 por ciento al 11 por ciento del mercado como máximo. Ariel Aguilar, dirigente de Cgera y del gremio marroquinero, afirmó en cambio que “en el primer bimestre de este año ya aumentaron las importaciones de manufacturas de cuero en un 71 por ciento; en el rubro calzado de cuero, el aumento de este año con respecto al anterior es del 50 por ciento, pero si lo comparo con el primer bimestre de 2015, es del 130 por ciento”. Respecto de su incidencia sobre el mercado interno, recordó que “en 2016 cerraron 39 fábricas en el sector, con una pérdida directa de mil puestos de trabajo”. Un ejemplo, de tantos, en los que las consecuencias sociales de la política económica son negados por las áreas que deberían velar, justamente, por la producción y el empleo.

En el informe interno de la cartera que encabeza Jorge Triaca, se relativiza la relevancia de las importaciones de carne porcina, dulce de leche y manzanas ingresadas en 2016, ya que “apenas representaron 5,7 por ciento, el 0,1 por ciento y 1,5 por ciento del consumo nacional”, respectivamente. De igual manera, le resta importancia a la oferta de productos industriales de origen extranjero, como cocinas (que ocuparon el 11 por ciento del mercado local), indumentaria (5,9 por ciento), lavarropas, freezers, aires acondicionado y confecciones.

Los estudios locales, como el del Observatorio de Importaciones de Santa Fe, o los seguimientos que hacen diversas cámaras industriales, como la de marroquineros, señalan en cambio el fuerte incremento en la cantidad de unidades importadas, más que su valor en dólares, ya que en diversos rubros los productos entran con precios rebajados respecto de años anteriores. En el rubro Calzados (en general), en 2016 ingresaron al país 27,3 millones de pares (20,8 por ciento más que en 2015), 85.164 colchones (145,2 por ciento más), 1.083.000 changuitos de supermercado (+45,3), 378 mil elevadores hidráulicos (+47.3), 170.800 guinches (+44,7), 4837 toneladas de prendas de vestir y accesorios (+45,9), 286 mil licuadoras (+68.8), 112 mil heladeras (+265,4), y 356 mil calefactores eléctricos (+145,1 por ciento). También hubo fuerte incremento en el ingreso de alimentos importados, como pollo trozado (+891,1 por ciento), carne porcina (+121,9), bondiola(+251), queso crema y fundido, zanahoria y cebollas. 

“Yo le recomendaría al ministro Cabrera que revise los despachos de aduanas, o le pida a cada cámara industrial que le cuente la incidencia de estos ingresos de mercadería”, sugirió Aguilar al ser consultado por PáginaI12. “Con un mercado interno deprimido y empresas pymes fuertemente golpeadas por los aumentos de tarifas y ahora por los peajes, el efecto de estas importaciones es el cierre de fábricas y pérdidas de empleos;  si revisa estos datos, el ministro va a encontrar la explicación de por qué marchamos junto a la CGT, que él dice que no entiende”, apuntó el empresario.

El ministro Francisco Cabrera, consideró ayer que “las razones de la movilización son falsas”, y subrayó que “este año vamos a crecer y no nos va a frenar ninguna marcha”. “Volvimos a insertarnos en el mundo con máximo cuidado por el empleo: no hubo ni habrá avalancha de importaciones: en 2016 cayeron 7 por ciento respecto del 2015. Los datos desmienten a la CGT”.

Cabrera compara las cifras en dólares de las importaciones entre ambos años, no las cantidades. “Las importaciones bajaron por la caída del precio de lo que le compramos al mundo”, aclaró el economista Matías Tombolini, consultado ayer por la agencia Télam, quien explicó además que las importaciones de bienes de consumo sí crecieron, aunque compensadas por la caída en las  de bienes de capital.

Caen las importaciones para inversión, y aumentan las de productos finales para consumo, que sustituyen a la producción nacional. El gobierno, en vez de atender el problema, lo niega. Los industriales nacionales, en tanto, empiezan a mostrarse en las calles junto a la CGT, y a sumar su voz al reclamo de un paro nacional en defensa de la producción y el empleo.