La Unión Cívica Radical decidió que no concurrirá este martes a la reunión con el ministro de Gobierno Esteban Borgonovo que estaba programada desde la semana pasada para conocer el proyecto de emergencia que pretende el Ejecutivo. La razón es que "las condiciones no están dadas para dialogar" y por lo tanto se decidió suspender sin fecha de realización a la vista.

Como informó Rosario/12 en su edición del lunes, hoy era el turno de la UCR para reunirse con el ministro y conocer detalles del proyecto del Ejecutivo. Estaba previsto que al menos concurrieran el presidente del partido Carlos Fascendini y el jefe de la bancada de diputados radicales Maximiliano Pullaro.

Sin embargo ayer los principales referentes del partido resolvieron no asistir por entender que no están dadas las condiciones, porque "hay ministros que se la pasan agrediendo y acusando" al Frente Progresista y a la gestión que terminó el 10 de diciembre, en relación a Marcelo Sain, responsable de la cartera de Seguridad.

La gota que parece haber terminado de hacer rebalsar el vaso fueron las declaraciones de Sain el jueves pasado en Reconquista, cuando dijo que su gestión está determinada a cortar vínculos con el delito que tenía protección de un bloque de poder interpartidario, metiendo también a sectores del peronismo.

La decisión de la UCR es una mala noticia para el gobernador Perotti, que como mínimo verá retrasado el trámite legislativo para sus proyectos de emergencia que, según sus funcionarios, son urgentes ante la situación financiera que enfrenta la provincia. 

Consultado por Rosario/12, el ex ministro de Seguridad y actual jefe de la bancada radical Maximiliano Pullaro explicó el motivo del faltazo: "Es difícil el diálogo cuando en un gobierno hay un solo ministro que cree en él". Se refería a Borgonovo.

También ayer hubo cuestionamientos de parte del Partido Socialista, que eligió al diputado Joaquín Blanco para expresar su posición: "Estamos absolutamente dispuestos a discutir cualquier tema y a abordarlo con la seriedad y la profundidad que se requiera, pero para eso se necesita un clima de diálogo distinto y de respeto por la oposición, donde las operaciones y el apriete no pueden ser aceptadas como lógica de funcionamiento. El rol de la legislatura, en un estado de derecho, es discutir los proyectos, aprobando o desaprobando según corresponda y no ser una escribanía del gobierno. Así fue durante los últimos doce años, donde muchas iniciativas naufragaron en las cámaras y eso no nos impidió gobernar".