Llegaron de otro mundo (1953)

Fue el primero de los grandes éxitos de la Universal de los años 50. Nació de la inventiva de Ray Bradbury y se nutrió del temor a las invasiones alienígenas que sacudía a aquellos años. Ambientada en el desierto, tiene como protagonistas a una pareja de astrónomos aficionados y a un extraterrestre amorfo, cuya flotante presencia consigue inquietud sin demasiados efectos especiales. Fue la pionera del 3D en el estudio y la temprana consagración de Jack Arnold, quien luego alcanzaría su merecida fama con El increíble hombre menguante (1957).

Abott y Costello contra el hombre y el monstruo (1953)

Si los años 30 habían traído el éxito de los grandes monstruos, los años 40 descubrieron el encanto de las parodias. El famoso dúo cómico formado por Bud Abbott y Lou Costello encontró un filón viviendo una serie de aventuras insólitas junto a los peligros más insospechados. Lo que en las películas de terror eran sobresaltos, acá se convertían en estallidos de risa. El mérito consistía en que la construcción del universo –desde el diseño del monstruo hasta la creación de la atmósfera- se realizaba con el mismo ingenio y la misma dedicación que en las originales, pese a nunca estar consideradas a su altura.

El monstruo de la laguna negra (1954)

La idea de El monstruo de la laguna negra nace como una reinvención del mito de “La bella y la bestia”. Una expedición arqueológica encuentra un fósil extraño en el Amazonas y decide ir a investigar su origen. Allí, el monstruo, mezcla de hombre y anfibio, se deslumbra ante la aparición de Kay (Julie Adams), la única mujer del equipo de científicos. Filmada en blanco y negro y 3D, la clave de la magia que aún conserva está en la poderosa empatía que genera la criatura, a la que podemos ver nadar debajo de Kay en el fondo del agua (inspiración de Tiburón), con esa pasión que solo habita en los amores imposibles.

Más allá de la Tierra (1955)

Cuando encargaron a Milicent Patrick los bocetos para el extraterrestre de Llegaron de otro mundo, dos fueron los finalistas. Uno fue el que apareció en pantalla, esa extraña medusa transparente con vista unifocal, y el otro fue guardado en el fondo de un cajón. Dos años después, el productor William Alland decidió adaptar la novela The Island Earth de Raymond F. Jones y utilizó esos dibujos para dar vida a los mutantes del planeta Metaluna. Filmada en un radiante Technicolor, Más allá de la Tierra fue una de las películas más prestigiosas del ciclo Universal, con un trasfondo que se hacía eco del conflicto de la Guerra Fría, pero cuyo éxito llegaría una vez que Milicent Patrick ya había sido despedida del estudio.