A diferencia de lo que sucede con los Globos de Oro, donde Parasite compitió sólo en el rubro mejor película extranjera (que ganó), el reglamento de la Academia de Hollywood no impide que una película no hablada en inglés participe de ambas categorías. Basta con que el film en cuestión haya sido estrenado comercialmente en el condado de Los Angeles, California, durante el año calendario, y presentado por sus productores a consideración ante la Academy of Motion Picture Arts and Sciences para la categoría principal y por la Academia del cine de su país para la categoría extranjera. Contra toda suposición, para los académicos de Hollywood la mejor película hablada en otro idioma que no sea inglés también puede llegar a ser, eventualmente, la mejor película del año, a secas.

Eso no implica que alguna vez haya sucedido. De hecho, desde que existe la categoría “Best foreign language film of the year” (a partir de ahora llamada Mejor Film Internacional), instituida en 1956, solamente siete películas no habladas en inglés –entre ellas Z (1969), de Costa-Gavras, y Gritos y susurros (1973), de Ingmar Bergman-- participaron además de la competencia principal. Lo que hace distinto el caso de Parasite de esas ilustres antecesoras es que -como sucedió el año pasado con Roma- tiene chances de hacer historia y de ganar en ambas categorías. Muuuy difícil pero no imposible.