La Educación Sexual Integral es más que una ley sancionada en el año 2006 siendo ese paso legislativo uno de los avances claves de los últimos años. La ESI significa visibilizar a la sexualidad como una dimensión constitutiva de las personas que se puede aprender y enseñar a los estudiantes. Esto significa que uno no deja la sexualidad en la puerta de la escuela, sino que es parte de la vida cotidiana escolar.

La sexualidad se presenta como un campo complejo por ser un fenómeno social, cultural e histórico y vincula dimensiones de los sujetos y de la vida social: aspectos del cuerpo, la salud, las leyes, el Estado, la política, la economía, entre otras.  

Por ello hemos insistido en las capacitaciones que realizamos cuando tuve la responsabilidad política y pedagógica de conducir el nivel secundario de la provincia de Buenos Aires (2007-2015), que se debe empezar por nosotros mismos y ver qué nos pasa como docentes con los temas de género y con la sexualidad. 

En el año 2013 la Dirección Provincial de Educación Secundaria y la Dirección de Educación Física trabajaron mucho no sin dificultad, en la Resolución Nº 2476 que organiza las clases de educación física mixtas, es decir agrupando varones y mujeres y favoreciendo el valor de la grupalidad, la integración de los géneros y atención a la diversidad para una cohesión de los estudiantes. Esa normativa es una ruptura histórica con una Educación Física tradicional separada por sexo que ha reforzado la desigualdad en el establecimiento de presuntas diferencias corporales (juegos y deportes para varones y otros para mujeres).

La Provincia de Buenos Aires realizó una capacitación universal para todas las escuelas secundarias de ambas gestiones y las modalidades que atendían a adolescentes en articulación con el Programa Nacional de ESI. Dichas capacitaciones para directivos y docentes de todas las escuelas secundarias de gestión estatal y privada alcanzó 4.000 escuelas y 15.000 docentes y en 2015 se continuó acompañando la implementación de proyectos institucionales de ESI en las escuelas.

Otro avance importante desde la Dirección Provincial de Educación Secundaria fue elaborar una Circular para modificar los estados administrativos en clave de género. Considerando que los registros de asistencias, planillas de calificaciones, etc. reproducen desigualdad y jerarquía de género (se nombra primero a los varones y luego a las mujeres y dejan por fuera a todas las identidades que no se autoperciben en dichas categorías) esta Circular pedagógica propuso la realización de listados por orden alfabético.

Mucho se ha realizado en esos años para generar otras condiciones y poder salir de un paradigma biologicista para  desarrollar uno centrado en la perspectiva de derecho y de género. Este trabajo implicó decisiones políticas, financiamiento y mucho esfuerzo. Los cambios sociales y culturales llevan tiempo, por ello la preocupación de muchos, en estos días, es justamente que todo ese trabajo y los avances alcanzados se dejen a un costado o no continúen, sin entender que se hace imprescindible seguir trabajando de manera sostenida en una política de Estado sobre la ESI porque es una manera clara de seguir apostando al cuidado de lo más preciado que tenemos que son nuestros estudiantes con los que compartimos diariamente la vida. l

* La autora es docente e Investigadora de la UNLP/UNLZ. Ex directora provincial de Educación Secundaria. DGCyE. Provincia de Buenos Aires (2007-2015)