El Gobierno derogó el decreto que habilitó la importación de basura y residuos de otros países para ser reutilizados en el país, firmado por el ex presidente Mauricio Macri. A través del decreto 148/2020 , publicado este viernes en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo dio de baja la medida que la gestión macrista reglamentó a un mes de dejar gobierno y que levantó fuertes críticas de organizaciones ambientales y de cooperativas de cartoneros. “Es una gran medida, Argentina no podía convertirse en el basurero del mundo. Lo que realmente hay que atender es el gran problema socioambiental que generan los residuos en nuestro país”, sostuvo Leonel Mingo, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace Argentina. Las autoridades advirtieron que durante los tres meses que la norma estuvo en vigencia "ingresaron 40 mil toneladas" de desechos.

La derogación, que ya había sido anticipada por el nuevo ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, deja sin efecto el decreto 591/19 y la Resolución Conjunta N° 3 del 12 de noviembre de 2019 de la entonces Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable y del entonces Ministerio de Producción y Trabajo. Estas medidas permitían que el país se convirtiera en un depósito de basura extranjera con el riesgo potencial de que ingresaran residuos peligrosos, ya que la normativa no exigía certificado de inocuidad sanitaria y ambiental expedido previo al embarque por la autoridad competente del país de origen.

En el texto publicado este viernes, el Ejecutivo, además, fija que en los próximos 180 días los ministerios de Ambiente y Desarrollo Productivo deberán “formular una propuesta normativa para regular la temática, que promueva una gestión integral de los residuos en el marco de una economía circular”. Y en este sentido, establece que “hasta tanto se apruebe la normativa correspondiente en la materia, resultará de aplicación en lo pertinente el decreto N° 181 del 24 de enero de 1992 y el decreto N° 831 del 23 de abril de 1993, ambos en su redacción original”, lo que implica reponer esa certificación de inocuidad.

La norma derogada y cuestionada por ambientalistas, recicladores urbanos y gran parte del arco opositor, que llevaba la firma del ex presidente Macri, su jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el entonces ministro de Producción, Dante Sica, modificaba los decretos reglamentarios de la ley de Residuos Peligrosos para permitir el ingreso de “sustancias y objetos” procedentes de otros países, que puedan ser utilizados en “un proceso productivo o como producto de uso directo". La resolución 3/2019 especificaban que la medida se aplicaba a "chatarra ferrosa y no ferrosa, rezagos de papel y cartón; vidrio roto, casco, cascote; y rezagos plásticos". 

Según explicó Mingo a Página/12, en Greenpeace recibieron con “enorme alegría” la decisión del gobierno. “Desde el minuto uno, en que se conoció el decreto de la importación, nos movilizamos por el tema porque era un cambio drástico en la gestión de residuos. Y lo peor fue que la reglamentaron después de haber perdido las elecciones, con un rechazo gigantesco de la oposición y de las organizaciones ambientales y de recicladores”.

Sin embargo, el activista remarcó que “esta derogación es volver casi a foja cero, no es un plano ideal. Por eso es interesante que se inste a presentar en los próximos seis meses un plan de gestión de residuos, que abre una instancia importante para que Argentina pueda lidiar con su basura”.

Continuar en el camino abierto por la administración anterior, como lo advertimos desde el inicio, hubiese implicado el peligro de convertirnos en el basurero del mundo. Es la experiencia de otros países que cometieron el grosero error de hacer algo similar. La falacia del Decreto que hablaba de insumos industriales era que iba a traer basura a un país colapsado en su gestión de residuos. Y estos supuestos insumos que iba a importar son los que vemos en las calles de todas las ciudades del país: papeles, cartones, plásticos”, agregó.

“Hay muchísimo por hacer y celebramos la posibilidad de discutir esto”, remarcó, y añadió “esperamos que se abra una mesa de diálogo para poder participar. No es menor lo que pasó, estas victorias ambientales son pocas, y cuando se dan pasos negativos es difícil volver atrás”.

En el mismo sentido, el responsable de la Cooperativa Reciclando Trabajo y Dignidad, Roberto Felicetti, dijo a este diario que “teníamos muchas expectativas porque el ministro de Ambiente nos había dado a entender que se iba a cumplir con esta medida de forma rápida. Con el resto de las cooperativas de la Ciudad nos movilizamos contra el decreto que abrió las puertas a la importación de basura no sólo por el peligro que representa para la salud sino por la presión para los precios de las materias primas que vendemos”.

Alejandro Valiente, integrante del equipo técnico de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr) sostuvo que “era bochornoso que Argentina tuviera una reglamentación tan laxa que ponía en riesgo sanitario y ambiental al país y que significaba un perjuicio para las cooperativas que reciclan. Por suerte el gobierno entendió la gravedad y derogó el Decreto.  Es una victoria para los recicladores, los ambientalistas y la sociedad en general”.