Vecinos de la localidad de Colonia Santa Rosa, ubicada a 183 kilómetros de la capital salteña, se presentaron ayer en el Instituto Nacional de la Vivienda (IPV) a manifestar el descontento por el estado de las casas que fueron entregadas en 2019 y pidieron dejar de pagar una cuota variable y que sea con un valor fijo. Desde el Instituto se comprometieron a llegar al barrio Parque Los Pinos etapa 100 viviendas para corroborar el estado de las casas.

La referente vecinal, Verónica Guerra manifestó a Salta/12 que llegaron a la Capital para “buscar una solución a los problemas que estamos teniendo con las viviendas”. Son 100 las familias del barrio Parque Los Pinos etapa 100 viviendas que recibieron sus casas en octubre del año pasado, cuando el sorteo se realizó en 2016.

Los 10 representes vecinales que ayer llegaron a la Capital expusieron dos problemáticas. La primera vinculada al pago de las cuotas a abonar al IPV. Acusan que no son fijas y se ajustan con la inflación imposibilitando una garantía de estabilidad en el pago. La segunda, son las condiciones de entrega de las viviendas porque  denuncian que existen falencias en terminaciones y detalles en las construcciones.

En el IPV fueron recibidos por el coordinar técnico del Instituto Provincial de Vivienda, Ignacio Pancetti, quien se comprometió a relevar las viviendas “para corroborar detalles en las obras”, según comunicaron una vez finalizada la reunión. 

En tanto, la referente vecinal Inés Fernández Lucero dijo que en algunas de las unidades existen “pisos mal nivelados” lo que llevó a que los mismos vecinos deban comprar bolsas de cemento para nivelar. “Hay gente que tuvo que volver a hacer el suelo. Nos tuvimos que hacer cargo”, expresó.

En referencia al pago de las cuotas, explicó que en el año existen dos subas. “No es una cuota fija” y “es actualizada”, destacó. Además, manifestó que desde el Instituto le dijeron que esa actualización, dependía de los precios que se establezcan en los materiales de construcción.

“Nosotros queremos una cuota fija y que se pague al año de la entrega de las casas”, declaró. Contó que a los 20 días de adjudicadas las viviendas ya tenían la boleta de la primera cuota.

Actualmente están abonando cuotas que rondan los $3600. “En enero ya se actualizó y hubo una suba de $170. En julio se viene otra y así. Nos van subiendo todo el tiempo”, expresó. 

También agregó que dicho cobro viene incluido en la boleta de luz. “Nosotros pedimos que se separen las boletas, pero ellos nos dicen que eso no se puede por un convenio que realizó el IPV con la empresa”, afirmó. Ante ello, Fernández Lucero dijo que los vecinos “no pueden pagar las boletas juntas porque es mucho”. “Al que no paga la casa, se le corta la luz”, advirtió.

“De acá a tres años vamos a terminar pagando cerca de $10 mil y eso es como tener alquileres actualizados”, denunció. El barrio está ubicado bastante alejado al centro de la ciudad y cercano a un canal. 

Guerra agregó que, se “partió mal” con la adjudicación de las viviendas cuando se esperó tres años a que fueran entregadas. “Siempre hemos venido a buscar respuestas, enviamos notas y tuvimos reuniones, pero nos decían que la solución iba para fin de año o para mediados. Nunca hubo una respuesta favorable a nosotros”, sentenció.

Además, sostuvo que el pedido de informes también se hizo en referencia al monto de las cuotas. “Nos enteramos a los 20 días de estar viviendo en las casas qué era lo que íbamos a pagar”, aclaró.

Contó que las casas fueron entregadas sin cerámicos. “Nos dijeron que si estábamos tan apurados, nos entregaban sin cerámicos. Los vecinos aceptaron con tal de que nos den la casa”, narró. A partir de esa decisión, les confirieron el cerámico una semana después que se formalizó la entrega. “Nosotros tuvimos que pagar manos de obra y materiales que faltaron para poner el cerámico”, describió.

Para Guerra, “las casas están en muy malas condiciones”. Añadió que no tienen agua porque “a la bomba de agua en el barrio le falta un aparato”, el cual no supo especificar. “Estamos con agua prestada del barrio de adelante”. Fernández Lucero planteó que, ante este problema, “no sé si no estudiaron al terreno porque al agua no sube al tanque. Tenemos que tener una bomba nueva”, explicó. 

Desde el IPV, explicaron que las viviendas “se encuentran en periodo de garantía”. Aseguraron que el personal del Instituto “en las próximas semanas (realizará) una inspección por el barrio para recibir las denuncias y luego evaluar los trabajos a realizar”.

Por su parte, Pancetti manifestó que “todo reclamo tiene que ser atendido y seguramente tiene su justificación sea en base a necesidades económicas o de obras, por ello se verán los reclamos en forma particular y se hará un análisis del barrio”.

Por último, Guerra dijo que esperarán a “ver qué es lo que dicen”. “Confiamos que vayan y nos den una respuesta. Queremos cuota fija y un acuerdo accesible a nuestro sueldo”, reiteró.