Una mujer de 39 años fue encontrada muerta en un departamento de Juan Manuel de Rosas al 2200,  con marcas de golpes en la cabeza y, de acuerdo a los testigos directos del hallazgo, en medio de un charco de sangre. Fiscalía informó ayer que el cuerpo presentaba un traumatismo de cráneo que en principio consideran como la causa del deceso.  El departamento donde, de acuerdo con los primeros indicios, fue asesinada, lo utilizaba junto a una compañera para recibir a los clientes.

La víctima, identificada como Caren Peralta, fue encontrada alrededor de las 22.45 del lunes. La fiscal de Homicidios Dolosos en turno, Marisol Fabbro, tomó el caso, y solicitó la autopsia en el Instituto Médico Legal. También ordenó exámenes genéticos a los preservativos usados que la policía incautó en una de las habitaciones del departamento de barrio República de la Sexta.

El primer relevamiento en la escena no determinó elementos faltantes que abonen la hipótesis de un robo. El teléfono móvil de la víctima no estaba en el lugar, agregaron las fuentes. Caren Peralta estaba tendida en un dormitorio, con un charco de sangre alrededor de su cabeza.

La fiscal pidió la intervención del Gabinete Criminalístico para relevamiento de la escena y toma de testimonios. La víctima fue hallada un familiar y una amiga que fueron hasta el departamento después de que la fallecida no respondiera a sus llamados, señalaron los pesquisas.

Fuentes de la investigación señalaron que la mujer asesinada vivía en el extremo oeste de la ciudad, en barrio Godoy, confirmaron que era trabajadora sexual. Lo mismo hizo el colectivo Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar). Justamente la agrupación a través de un comunicado expresó su "indignación y repudio por el crimen". "En la ciudad donde asesinaron a Sandra Cabrera hace 14 años sigue la impunidad hacia nuestro colectivo". "Hoy nos enteramos por las noticias policiales de un nuevo femicidio. Caren trabajadora sexual de 39 años fue encontrada sin vida"."Exigimos justicia y esclarecimiento del caso". 

"La clandestinidad de nuestro trabajo nos expone a constantes vulneraciones hacia nuestros derechos, no existe clamor social exigiendo justicia cuando la víctima de un femicidio se trata de una trabajadora sexual, el estigma y discriminación que hay hacia nuestro trabajo nos convierte en malas víctimas y se suelen escuchar comentarios como "se hubiese dedicado a otra cosa" como si nos asesinaran por nuestro trabajo olvidándose que nos asesinan por ser mujeres, lesbianas, travestis y trans y que estamos expuestas en todos los ámbitos por vivir en una sociedad machista y patriarcal". "El 96 por ciento de los femicidios hacia nuestras compañeras quedan impunes, no queremos que el caso de Caren termine siendo un número más".