Una amenaza sobrenatural, o casi, acecha en las sombras y unos adolescentes son los únicos que saben lo que está pasando, y por extensión, los únicos que pueden detenerla. Bajo esta premisa, tantas veces explotada en las pantallas (desde It a Stranger Things, Los Goonies y acaso E.T. El extraterrestre, cada una con sus matices), asoma Spectros, la miniserie de terror brasileña que debutó en la grilla de Netflix. En este caso, se trata de demonios que atacan un barrio tradicional de inmigrantes asiáticos de la ciudad de San Pablo, lo que conforma un curioso maridaje; el de zombies y espíritus japoneses mezclados con adolescentes y policías paulistas. La cita a elementos terroríficos de la mitología del Japón –que también vienen de inspirar, hace unos meses, la segunda parte de la saga The Terror: Infamy– aparece en Spectros como un recurso asociado con la verdadera historia demográfica de San Pablo, ya que los espectros en cuestión son fantasmas multiétnicos que se remontan a los días de inmigrantes asiáticos, esclavos africanos y pueblos originarios oprimidos. El estreno llega acompañado de cierto reverdecer de las investigaciones subterráneas en la mayor ciudad del Brasil, ya que desde noviembre se han registrado diversos hallazgos arqueológicos ligados al antiguo cementerio paulista, algunos de los descubrimientos, de hecho, tuvieron lugar durante la producción de la serie. Página/12 dialogó con Roberto D'Avila, director de la productora Moonshot, que realizó la serie para Netflix.

-¿Cómo es la ciudad de San Pablo que muestra Spectros?

-La serie transcurre en el barrio de Liberdade, conocido por ser el barrio oriental de San Pablo, debido a sus influencias coreanas, chinas y japonesas, que resultan esenciales en la historia de Spectros. Ahí también estuvo el primer cementerio de la ciudad, en los siglos XVII y XIX. Encontraremos que distintos tipos de fantasmas –japoneses, negros, indios–comienzan a manifestarse y a perseguir a los vivos,en una crisis que se extenderá y afectará también a los policías, a los criminales de la mafia china, etc. El grupo de chicos que protagoniza la serie intenta descubrir por qué razón los muertos están volviendo.

-¿En que consiste este link con maldiciones japonesas que dispara Spectros?

-El origen japonés del barrio nos permitió construir una mitología sobre una poderosa fuerza del pasado, presa en una antigua muñeca de porcelana japonesa, que tiene que ser preservada y protegida. Hay también un gran escenario central en la serie, que es un templo japonés con una guardiana ancestral.

-¿Se trata de elementos históricos, folclóricos o de una creación ficcional para la serie?

-La historia del barrio está totalmente representada en la serie. Dado que en Liberdade estuvo de verdad el primer cementerio de la ciudad, los fantasmas que aparecen en Spectros representan las etnias de las personas que fueron enterradas allí. Además, hay personajes inspirados en los tiempos en los que en esa área de la ciudad se castigaba a los esclavos. Sin embargo, se trata de una historia con un grado fuerte de actualidad: mientras estábamos filmando, se descubrieron restos arqueológicos del antiguo cementerio y nueve esqueletos enterrados, por lo que el sitio acaba de ser declarado oficialmente como un sitio arqueológico protegido, con estatus de Patrimonio Histórico Nacional.

-¿Qué le aporta a Spectros su elenco adolescente? ¿Es una historia de iniciación?

-En cierto modo, sí. Es una historia sobre la formación de ese grupo que poco se conocía o se relacionaba antes, y que se convierten en amigos durante le aventura. Por otro lado, el viaje personal de cada uno de ellos les permite quebrar el ciclo de una vida predeterminada, romper con el loop de una herencia que se les buscaba imponer. Su búsqueda de libertad y de tomar las riendas de sus vidas es el aprendizaje que van encontrando a lo largo de la historia.

-¿La serie está pensada para un público global, como el de Netflix? ¿Hay referencias estrictamente brasileñas o busca un tono más bien universal?

-¡Todo eso es la parte más divertida!Buscamos explotar los elementos verdaderamente locales que hacen que la historia sea original, como el barrio, sus personajes, sus rarezas y la mezcla increíble que abriga su comunidad. Pero eso se cruza con una historia de descubrimiento y crecimiento personal que es universal para los jóvenes. Eso es lo que la hace más interesante y atractiva a nivel global.