¿Cómo le va lector? ¿Cómo anda? ¿Anda? ¿Anda andando? ¿Anduvo mucho esta semana? ¡Qué semanita, eh! ¡No parábamos de andar, de acá para allá! De marcha en marcha, de paro en paro, mientras el ministro de Malas Noticias decía, aprovechando que nadie lo escuchaba porque estábamos todos protestando, que en abril el gas iba a aumentar dos veces a falta de una.

¡Dos veces en un solo mes! ¡Son insaciables! Este gobierno disfruta tanto de aumentar las tarifas, que no puede esperar 30 días entre un aumento y el que sigue!. 

¿O será que tienen tantos aumentos en la agenda, que si no aumentan dos veces el gas en abril, después tienen que aumentar cuatro veces en mayo? ¡Y después, los aumentos se amontonan,  llega un punto en el que no  terminan de dar un aumento que ya hay otro y otro! ¡Y otro! ¡Y otro más!

Y eso lleva a que los argentinos, cuando nos enteramos de esos aumentos, queramos protestar. Pero mientras protestamos, aumentan mas las tarifas. No terminamos de protestar contra un aumento, que ya hay otros tres. De pronto se cruzan en la calle los que estan enojados por el bajo salario docente, los que reclaman por el aborto legal,  los que piden que reabran fabricas cerradas, y los que antes protestaban porque no querían pagar ganancias y ahora rezan por poder pagar ese impuesto, para lo cual tendrían que primero tener ganancias que  generen dicho impuesto

Todos los que protestan por diversos motivos, se terminan mezclando, en una multitud policromática, polimorfa y políglota. Y de esa manera el gobierno no los escucha.  Bueno, de otra manera, tampoco. 

A decir verdad, además de los problemas económicos, el gobierno podría tener un buen otorrinolaringólogo, para ver si puede, de una vez, escuchar los reclamos, mezclados o separados, de los que marchan por la calle.

Pero no lo hacen.

No creen que haga falta. 

Les parece que con decir “la culpa la tiene el gobierno anterior, se robaron todo, la pesada herencia, no todo es para todos, les hicieron creer que tenían derechos”, alcanza,

O como no los oyen, creen que en la calle no hay nadie.

Entonces, tampoco los ven.

Bueno, si le presidente dice que “está lloviendo, por eso no vino gente al acto”, a pleno sol; si “inaugura clases que no empiezan”  en Jujuy, entonces, ¿qué tiene de extraño que no vean ni oigan ni crean que hay gente en la calle diciéndoles que está todo mal?

Y “si no hay nadie protestando”, es porque esta todo bien

Y si está todo bien ¡Qué lindo que la CGT convoque a los obreros a la plaza, a que disfruten de una tarde de verano, saluden a sus líderes y luego se vuelvan a su casa!

¡Y qué maravilloso que lo puedan hacer un martes, no como antes, cuando había pleno empleo, y los trabajadores no podían ni soñar con ir un martes a la plaza con sus amigos, porque estaban ocupados!

Usted dirá, lector, que no están viendo la realidad.

No, lector, verla, la vez, pero la ven en otra parte. No la ven en la plaza, no la ven en el supermercado vacio, no la ven en la fabrica cerrada, no la ven en la clase media precarizada, ni en la clase precaria mediatizada.

La ven  en otro lado. En un lado, llamémoslo, virtual

Estos tiempos de “posverdad” nos permiten, si tenemos la plata y los medios necesarios, inventar otra realidad, que nos guste mas que la que hay, e incluso imponerla a los demás. O a una parte de los demás.

Y los que se queden afuera, que se queden afuera

La red social, la tecnología, los medios poderosos, saben lo que usted quiere, Porque lo deciden ellos. Y si a usted le gusta otra cosa, pueden convencerlo de que tal otra cosa no existe, o que la posibilidad de que usted la consiga no existe, o de que usted mismo no existe

Nos civiliza. O nos invisibiliza. Nos imbecibiliza.

Pero eso no lo consigue una sola persona. Se necesitan muchas. O pocas, pero que “hagan” de muchas. En las redes sociales, eso se puede conseguir.

Para que haya 100.000 personas en la calle, se necesitan 100.000 personas. Reales. De verdad. En cambio, para que haya 100.000 “me gusta” debajo de la foto del presidente reconociendo el mismo error por décima vez, sólo se necesita un par de globalizados que toquen la tecla todo el día, y un medio masivo que titule “más de 100.000 personas se anotaron de voluntarios para hacer de personas” en cuerpo catástrofe.

De esto, lector, trata este suplemento

Hasta el sábado que viene.

@humoristarudy