El futuro llegó el año pasado para la Selección Argentina de fútbol masculino. Con la curiosa, difícilmente argumentable confirmación de Lionel Scaloni como DT, la albiceleste inició su recambio generacional más grande de los últimos quince años. La edad, las finales perdidas, las lesiones (in)oportunas, las camarillas y las frustraciones fueron sacando del equipo, uno a uno, a todos los que estaban en la Selección desde antes que él. Y así llegó el día: Lio Messi, a sus 32 años, ya es el jugador más veterano y experimentado del equipo argentino.

Aquel Messi que llegó a la Selección en 2005 como el pibe 10, que primero fue esperanza teen y pronto se volvió emblema, referente, capitán, ícono del marketing universal y presunto armador en las sombras de planteles; ahora es también el tipo más experimentado en una selección formada casi íntegramente por jugadores sub-26. Es más, muchos de ellos son sub-23.

Messi sobrevivió a los veteranos en una era sin títulos para la Selección y ahora, rodeado de una generación con menos nombres, deberá apostar a su liderazgo y su genio para hacer maridaje con eso otro que deberá aportar el piberío: las ganas, el hambre, el músculo, la enjundia, la garra, la fibra, el tesón, la entrega. Todo por no decir huevos, porque los tiempos han cambiado.

Messi y Argentina ante las Eliminatorias

Este período de renovación empezó oficialmente el año pasado, en la tumultuosa, turbulenta Copa América de Brasil, pero la medida real comenzará en apenas unas semanas, cuando inicie el camino más bravo: el de las Eliminatorias para el Mundial de Qatar. Una travesía larga y dura, de 18 partidos, que empezará en marzo y terminará recién en noviembre de 2021, cuando quede definido qué seleccionados sudamericanos competirán en arenas qataríes.

Está claro que esta era del “Viejo Messi” no encuentra a la Pulga rugoso como Keith ni inestable como Charly. Cualquiera que vea noticieros deportivos sabe que Lionel todavía está bien: en lo que va de la temporada 2019/2020 ya superó los 20 goles (la 2018/2019 la terminó con 57), tiene al Barcelona en octavos de final de la Champions League (está en medio de la serie con el Napoli) y en La Liga española va cabeza a cabeza en la cima con el Real Madrid, como casi siempre.

Messi todavía es temible gambeteando, metiendo piques cortos, definiendo y haciendo “jugadas de Messi”. Pero, en adelante, acaso deberá ser más sabio que nunca para administrar fuerzas y capitalizar todo lo que puedan dar sus compañeros de equipo. En el caso de la Selección, los pibes. Por suerte, esta era del Viejo Messi en la albiceleste no implicará rodearse de nenitos endebles: Scaloni se ha atrevido a dar amistosos y hasta partidos oficiales –los de Brasil– a una generación intermedia que traía experiencia europea pero le faltaba fe.

Hay jugadores como Leandro Paredes (25 años), Nicolás Tagliafico (27), Rodrigo De Paul (25) o Paulo Dybala (26). Y a ese núcleo se le suman juveniles de élite como Juan Foyth (22), Exequiel Palacios (21) y el goleador Lautaro Martínez (22), un par de aislados treintañeros (el Kun Agüero y Otamendi) y una interesante puerta abierta: la posiblidad de sumar más y más pibes gracias al seleccionado sub-23 del DT Fernando Batista, que este verano fue campeón del Preolímpico con talentos centennials como Adolfo Gaich (20), Nicolás Capaldo (21), Matías Zaracho (21), Alexis Mac Allister (21), Julián Álvarez (20) o Agustín Urzi (19).

La Selección debutará en las Eliminatorias 2022 muy pronto, el 26/3, jugando ante Ecuador en la Bombonera; y el siguiente desafío será cinco días después (31/3) en la alta La Paz, contra Bolivia. En ambas fechas será sin Messi, que arrastra la suspensión desde la Copa América, cuando después de pechearse con el –sacadísimo– chileno Medel, recibió todo el rigor de los oscuros señores Sith de la Conmebol. Lio recién volvería en la tercera fecha (el 3/9, de local ante Paraguay).

La Copa América y los Juegos Olímpicos

En esos seis meses de bache sin Eliminatorias, sin embargo, pasará de todo: a la Selección le viene un invierno muy caliente. Primero, entre el 12/6 y el 11/7 se jugará la Copa América 2020 con localía compartida entre Argentina y Colombia (¿eh?). El equipo nacional debutará con Chile en un grupo donde también estarán Uruguay, Paraguay, Bolivia y los hermanos de Australia.

Inmediatamente después, entre el 22/7 y el 8/8 –y si el coronavirus no la pudre del todo– llegarán los Juegos Olímpicos de Tokio, donde el fútbol masculino disputará un minitorneo de 16 seleccionados para el que, además del esperanzador plantel que logró la clasificación, podrían sumarse tres “refuerzos” (¿Messi, Lautaro, quién va?) dispuestos a no tomarse vacaciones para ir por una medalla olímpica.

Todo esto acompañado de “ruidos” adicionales, como el final del contrato de Messi con el Barcelona (¿cambiará de camiseta en enero?) o la llegada a Buenos Aires de Messi 10, el espectáculo de la compañía teatral canadiense Cirque du Soleil dedicado a Lionel, que estrenará el 11/6 en Costanera Sur y que mientras, en febrero y marzo, calienta motores con funciones en Qatar.

Con la camiseta argentina no pudo ser campeón el modelo Pibe Messi+cracks (Riquelme, Verón, Crespo, Tevez). Tampoco ganó títulos el formato Messi+compas (Mascherano, Higuaín, Di María). Un año como 2020, con Eliminatorias, Juegos Olímpicos y una Copa América con Argentina como organizadora, garantiza muchas oportunidades para medir qué onda el actual dibujo, el del Viejo Messi+pibes. ¿Vamos para adelante?