Uruguay puso fin a 15 años de gobiernos progresistas del Frente Amplio con la asunción presidencial del derechista Luis Lacalle Pou. En su discurso inaugural y en un tono más moderado que el elegido en campaña, el flamante presidente prometió diálogo con todos los sectores, llamó a dejar de lado las ideologías en el Mercosur y prometió medidas inmediatas en seguridad, economía y medio ambiente. De la asunción participaron los presidentes de Brasil, Chile, Colombia y Paraguay, e incluso el rey Felipe VI de España. En cambio, no recibieron invitaciones los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, La jornada de ceremonias comenzó en el Palacio Legislativo con una jura a cargo del presidente del Senado, el expresidente José Mujica.
Mujica, referente de los últimos 15 años de gobiernos frenteamplistas, le tomó juramento a Lacalle Pou en una fría ceremonia. Lo declaró investido y dio pie a su discurso. "El pueblo pidió un cambio, pero un cambio basado en acuerdos, y es necesario cumplir con la voluntad popular", aseguró el nuevo presidente de Uruguay ante la Asamblea General. En ese sentido, prometió "un diálogo constante con los partidos que no participan de este gobierno y con las asociaciones civiles".
El mandatario destacó que "es la primera vez en la historia que el gobierno va a ser ejercido por una coalición compuesta por cinco partidos" (que van de la centroderecha a la derecha más reaccionaria del país) y, aunque reconoció que "toda novedad genera incertidumbre", anunció un proceso de "cambio y diálogo".
En su primer discurso oficial como presidente, Lacalle Pou se concentró en los desafíos de la educación y la creciente inseguridad. "Nuestro país atraviesa una crisis de seguridad humana. Estamos ante una emergencia. Mañana mismo (por el lunes) convocaremos a todas las jerarquías policiales del país para darles instrucciones claras", anunció. "Vamos a proponer un cambio en la gobernanza de la educación para hacerla más ágil y más efectiva", agregó.
Al referirse a la política exterior, el mandatario hizo foco en el Mercosur. "Vivimos en un mundo con dinamismo moderno y en el que la política media entre la oferta y la demanda. Eso nos obliga a actuar fuerte, claro y rápido. Por eso, hay que fortalecer la región, el Mercosur, y al mismo tiempo tratar de flexibilizar el bloque", propuso el mandatario. Reconoció que existen diferencias entre los países miembros y las describió como "ideológicas".
Los presidentes de dos de los tres países que junto a Uruguay fundaron el Mercosur viajaron a Montevideo para participar de la asunción: Jair Bolsonaro por Brasil y Mario Abdo Benítez por Paraguay. Además, se hicieron presentes los mandatarios de Chile, Sebastián Piñera, y el de Colombia, Iván Duque.
El presidente argentino, Alberto Fernández, no viajó porque el domingo al mediodía dio su discurso de apertura del año legislativo en el Congreso, pero en su representación estuvieron el canciller Felipe Solá, su jefe de gabinete Guillermo Chaves y el futuro embajador ante Uruguay, Alberto Iribarne.
Otra figura que atrajo las miradas de oficialistas y opositores fue el secretario general de la OEA, Luis Almagro, excanciller del Frente Amplio que luego fue expulsado de la coalición de centroizquierda por su cuestionada gestión al frente del organismo panamericano. El presidente también contó con la presencia del rey Felipe VI de España, a quien Lacalle Pou agasajó el sábado con un asado en su casa. No fueron invitados, en cambio, los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, a cuyo mandatario, Nicolás Maduro, calificó de "dictador".
Mientras Lacalle Pou daba su discurso en el Palacio Legislativo, afuera cientos de jinetes vestidos como gauchos llegaban cabalgando para saludar al flamante mandatario. El recorrido estuvo marcado por la presencia de simpatizantes del oficialismo, con la excepción de un grupo de familiares de detenidos-desaparecidos de la última dictadura cívico militar del país (1973-1985), que le recordaron con una bandera al flamante presidente que sus familiares "No son historia, son presente" y volvieron a reclamar que las Fuerzas Armadas "Digan dónde están".
Ya entrada la tarde, desde un escenario construido a uno de los costados de la montevideana Plaza Independencia, el presidente saliente Tabaré Vázquez se quitó la banda presidencial y se la colocó con una sonrisa a su sucesor. Lacalle Pou le agradeció y lo abrazó, en un gesto mucho más efusivo que el que compartió con Mujica en el parlamento apenas horas antes.
Uno de los primeros desafíos del nuevo gobierno será la aprobación de la Ley de Urgente Consideración (LUC), con 457 artículos que tratan asuntos como la seguridad, la economía y la educación. Este proyecto, que el Parlamento debería aprobar en un máximo de 90 días, ya generó protestas desde varios sectores. Incluso ha llevado al sindicato docente a convocar a un paro para el próximo 12 de marzo.