Con Italia convertida en el foco del coronavirus en Europa, con más de 1690 contagiados y 41 muertos por el virus, la aerolínea Lufthansa y sus filiales suspendieron gran parte de sus vuelos a ese país, y a varios países asiáticos. Tras haber cancelado los vuelos a China hasta el 24 de abril, Lufthansa, la aerolínea suiza Swiss y la austríaca Austrian Airlines anunciaron la suspensión de parte de sus vuelos en marzo y abril a Italia, Hong Kong y Corea del Sur. La decisión de la compañía alemana es similar a la que han adoptado otras aerolíneas ante el avance de la enfermedad. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) advirtió que todas las aerolíneas del mundo están siendo afectadas por la crisis generada por la propagación del coronavirus, ocasionando graves perjuicios económicos que derivan, en algunos casos, en suspensión de las tripulaciones, congelamiento de aumentos salariales y aviones en tierra debido a la caída de la demanda.

El grupo Lufthansa, además de suspender sus vuelos a Italia, canceló los viajes a Teherán, la capital iraní, hasta el 30 de abril. Además, redujo la frecuencia de sus conexiones aéreas dentro de Alemania, desde Fráncfort a Berlín, Múnich, Hamburgo y Padeborn, así como desde Múnich hasta Berlín, Hamburgo, Düsseldorf, Colonia, Bremen y Hannover. Y según cómo evolucione la situación, la empresa podría reducir una cuarta parte de su oferta de vuelos de corto y medio recorrido.

También la aerolínea low cost Ryanair se sumó a los recortes y suspendió el 25 por ciento de sus vuelos a Italia durante las próximas tres semanas por la caída en la demanda de pasajes. En un comunicado, la empresa sostuvo que "no cree que estas cancelaciones tengan un impacto material en las previsiones de este año, pero aún es demasiado pronto para especular sobre el impacto que el coronavirus puede tener en los resultados de 2021"

En el hemisferio sur, Latam Brasil informó la suspensión hasta el 16 de abril de los siete vuelos semanales que operan entre el aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo,  y Milán. La decisión respondió, según la empresa, al avance del brote y a la baja demanda de la ruta. Las partidas hacia la ciudad italiana fueron canceladas desde el lunes, mientras que el regreso será cancelado a partir de este martes.

En este contexto, la mayoría de las compañías aéreas han flexibilizado su política comercial para que los pasajeros que compraron pasajes a zonas afectadas por el coronavirus (Covid-19) puedan reprogramar su viaje o solicitar la devolución del pasaje. La expansión del virus está afectando a la industria mundial de las aerolíneas, que enfrentarán grandes pérdidas económicas tras el desplome de la demanda de pasajes y la cancelación de rutas.

En un comunicado difundido este lunes, IATA señaló que hay compañías que han visto reducida sus operaciones en un 26 por ciento, respecto al año pasado, operadores que experimentaron una baja en las reservas de viajes a Italia del 108 por ciento, en tanto que las reservas a ese destino colapsan a cero y los reembolsos crecen, al tiempo que "un 50 por ciento de los pasajeros no se presenta a su vuelo".

Por esta razón, IATA solicitó a los reguladores de aviación de todo el mundo la suspensión inmediata de la regla que indica que aquellas aerolíneas que no utilizan al menos el 80 por ciento de sus slots (ubicación en los aeropuertos) durante una temporada, pierden sus derechos para la próxima.

El comunicado afirma que "en circunstancias excepcionales, los reguladores pueden relajar este requisito. La crisis de COVID-19 ha tenido un grave impacto en el tráfico aéreo. Las aerolíneas están experimentando graves caídas en la demanda". Según explicaron, los reguladores renunciaron a la aplicación de las reglas para operaciones en China y la RAE de Hong Kong.

Sin embargo, como el brote se expandió fuera del continente asiático, sostienen que es necesario suspender el requisito durante toda la temporada, hasta octubre de 2020, para que las aerolíneas pueden responder a las condiciones del mercado con los niveles de capacidad adecuados, evitando cualquier necesidad de ejecutar servicios vacíos para mantener los espacios. De esta forma, las aeronaves pueden reasignarse a otras rutas o estacionarse y la tripulación puede tener certeza en sus horarios.

"La investigación de la IATA ha demostrado que el tráfico se ha derrumbado en rutas clave de Asia y que esto se está ondulando en toda la red de transporte aéreo a nivel mundial, incluso entre países sin grandes brotes de COVID-19. Existen precedentes para la suspensión previa de las reglas y creemos que las circunstancias nuevamente requieren que se otorgue una suspensión", dijo Alexandre de Juniac, director general de IATA.

El directivo agrergó que "el mundo se enfrenta a un gran desafío para evitar la propagación de COVID-19 al tiempo que permite que la economía mundial continúe funcionando. Las aerolíneas están en la primera línea de ese desafío y es esencial que la comunidad reguladora trabaje con nosotros para garantizar que las aerolíneas puedan operar de la manera más sostenible, tanto económica como ambientalmente, para aliviar los peores impactos de la crisis".