Trece investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Conicet exploraron la tumba de Amenmose, un noble del Egipto faraónico que vivió hace más de 3.500 años. Luego de arrastrarse por un estrecho boquete irregular que -estiman- fue hecho por ladrones, los científicos accedieron al histórico monumento ubicado en la ciudad de Luxor.

La exploración fue hecha durante enero y febrero y tuvo como objetivo registrar las imágenes y textos que decoran el interior de la tumba. En diálogo con Suplemento Universidad, la egiptóloga de la UNLP y directora del proyecto, Andrea Zingarelli, contó los detalles de una expedición que arrojó resultados inesperados.

- ¿Cómo surgió el Proyecto Amenmose?

- Surgió de un grupo de investigadores de distintas universidades y el CONICET. Algunos ya participamos en otros proyectos que se desarrollaron en Egipto y con otros teníamos una historia académica en común. El año pasado, el Ministerio de Antigüedades de Egipto nos concedió el permiso para que podamos registrar los deterioros de la tumba y armemos un plan para restaurarla.

- ¿Fue complicado conseguir el financiamiento del proyecto?

- Sí, muy. La UNLP colaboró sosteniendo una parte del proyecto, y la otra parte la conseguimos a través de un financiamiento colectivo. Con eso pudimos sostener una campaña de estas características, que implica hacer trámites burocráticos, alquilar una casa y pagarle a trabajadores. Los investigadores pagamos nuestra comida y la mayoría también pagó sus pasajes para venir hasta Egipto.

- ¿Cómo lograron acceder a la tumba?

- Lo más complicado es que la puerta principal está tapada por sedimentos, porque hace más de cien años había casas alrededor. Como por ahí no se puede acceder, tuvimos que entrar arrastrándonos desde otra tumba vecina, por una especie de boquete muy pequeño que tiene 50 centímetros por 39. Tenemos la idea de que fue hecho por ladrones, pero no sabemos exactamente cuándo. Ese interrogante aún no tiene respuesta.

- ¿Qué encontraron al ingresar?

- Nos encontramos con muchas imágenes y textos que no esperábamos. La exploración también nos permitió reconocer algunas escenas que ya estaban descritas, pero de las cuales no había fotos.

La tumba tiene forma de “T” y una capilla donde estaban cuatro estatuas que fueron arrancadas. También, tiene unas guardas con colores azules y rojos muy bellos, que son característicos de estas tumbas. Los techos tienen unos colores muy bellos y unos diseños geométricos muy particulares. Las paredes tienen escenas que son llamadas “de la vida cotidiana” pero que tienen muchos sentidos rituales.

- ¿Qué se ve en esas escenas?

- Hay escenas de carnicería y vitivinicultura, y otra en la que Amenmose mira cómo se prepara el pan y cómo se hacen las distintas tareas de agricultura, como la trilla y el sembrado. Además, hay una escena de caza y pesca que está bastante deteriorada, pero que tiene muchos detalles, con una muy fina elaboración pictórica. Hay escenas de un banquete en el que hay filas de mujeres sentadas y abajo filas de hombres. A algunos los están acicalando y a otros les están dando algo que beber. Están todos disfrutando un momento, por supuesto con un sentido ritual. Ahí aparece el hijo de Amenmose rindiéndole culto a su padre, mirando una mesa de ofrendas.

- ¿Aparecen también imágenes de dioses?

- Sí, hay imágenes de Osiris, que es el Dios de los Difuntos en el más allá. Su adoración abarca prácticamente toda una pared. Detrás de él aparece la Diosa de Occidente, que es muy importante para los difuntos. También, hay bajorrelieves de adoración al Dios Anubis y a la Diosa del Oriente, que no es una diosa muy común.

- ¿La exploración les permitió obtener nueva información acerca de la vida de Amenmose?

- Sí. Lo que descubrimos por un texto que estaba en una parte rota es que Amenmose tenía una hija. Tenemos que pasar todas esas fotos por un proceso para ver si podemos descubrir el nombre. Vimos que hay escenas en las que está Amenmose y hay un cuerpo pequeño. Ahora deducimos que puede ser ella.

- ¿Qué tan conservada está la tumba?

- La tumba está en un buen estado de conservación, pero tiene algunos procesos de deterioro. Hay mucho por hacer para mejorar los colores y que vuelvan a tener el brillo que tenían. Hay que establecer mecanismos de limpieza y métodos de conservación. Por supuesto, hay partes dañadas que no se van a poder recuperar, pero eso pasa con muchas tumbas.

- ¿Cómo continuará el proyecto?

 

- Nuestro objetivo principal para la próxima campaña es abrir la entrada original a la tumba y hacer un proceso de conservación del monumento. Eso va a implicar conseguir otros fondos, porque hay que excavar siete metros y para eso necesitamos más trabajadores y otras cosas más complejas. Ahora estamos haciendo todos los trámites para que el Ministerio de Antigüedades egipcio nos autorice, porque ellos en general no permiten nuevas excavaciones. Igual, esta no es una excavación porque sí, sino por la necesidad de preservar la tumba para las próximas generaciones y que en un futuro se pueda abrir para el turismo.