Entre las múltiples actividades que hubo en toda la Ciudad de Buenos Aires por el 8M hubo una especialmente “verde”. Fue la que organizó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Parque Centenario, presentada como una jornada interdisciplinar en apoyo al tratamiento, sanción y cumplimiento de una ley de interrupción voluntaria del embarazo en la Argentina. Reunió a medio millar de personas de todas las edades que se juntaron con su pañuelo verde y que ni con la lluvia se dispersaron del objetivo central: mostrar fuerza y ratificar que “el proyecto está en las calles”, como viene repitiendo la Campaña desde hace unos cuantos meses.

El espíritu de la jornada, de hecho, se resumió en ese tono: la ansiedad generalizada por el inminente envío del proyecto del gobierno al Congreso se matizaba el domingo por la tarde con la calma y la tranquilidad de saber que ya hay uno análogo que se debate en todo el país desde hace años. Lo dejó en claro una de las integrantes de la organización, Agustina Vidales Agüero, que ante este diario señaló que el de la Campaña “es un proyecto de consenso porque fue construido socialmente”, y que espera que el que envíe Alberto Fernández recoja esa experiencia “para que salga el mejor proyecto de todos”.

Hubo de todo: actividades para niñes, talleres informativos y hasta un curso de autodefensa para mujeres. También -y sobre todo- experiencias artísticas, con presentaciones de colectivas que apoyan siempre las actividades de la Campaña, como el grupo Mujeres del Folklore, el colectivo Cirqueres Organizades y La Bolten, compañía de candombe. El cierre fue a pura murga, algo que ratificó el espíritu performático con el que hace tiempo se identifican las jornadas feministas, una impronta fogoneada por el ala más joven de los feminismos: el de “las hijas”.

En el parque ubicado en el corazón de la Ciudad, de hecho, fueron muchas las pibas que bailaron, agitaron, debatieron en talleres y se organizaron. También fueron las más en el taller de anticonceptivos que organizó la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a decidir, surgida en 2014 por impulso de la Campaña y de la colectiva Socorristas en Red. Se trató de una actividad participativa en la que las asistentes -sobre todo adolescentes- debían marcar como verdaderas o falsas distintas afirmaciones vinculadas a su salud sexual y reproductiva. Resonó bastante teniendo en cuenta que esta semana un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló que el Estado invierte $5.320 millones por año en atención médica de embarazos de adolescentes y que esta inversión podría estar destinada a la prevención y sería incluso suficiente para garantizar oferta plena, integral y gratuita de todos los métodos anticonceptivos para todas las mujeres del país que lo requirieran.

“En su lema la Campaña habla también de anticonceptivos para no abortar y en ese sentido desde la Red creemos que la información es poder. Es fundamental difundir desde mitos y verdades qué métodos anticonceptivos tenemos desde el sistema público y quién y para qué los pueden usar”, expresó la médica generalista Estefanía Cioffi, quien opinó que “lo más complejo, cuando salga la ley, va a ser su implementación”. “Vamos a necesitar recursos por todos lados, fundamentalmente en materia de capacitaciones de profesionales en todos los niveles de salud”, anticipó.

La jornada cerró con un pañuelazo de las organizadoras e integrantes de la Campaña, que fueron aplaudidas en ronda por todas las demás. También de todas las edades, se llevaron la ovación por su capacidad de organización y persistencia a lo largo de los años. En diálogo con este diario, hubo alguien que resumió eso muy bien. Fue Olga Cristiano, una de las “históricas”, quien fuera integrante de la Comisión por el Derecho al Aborto, semilla y matriz de lo que luego fue la Campaña. “Nosotras éramos muy poquitas, unas ocho o diez. Muchas veces nos angustiábamos porque veíamos que no crecíamos y Dora (Coledesky, fundadora de la organización) nos decía que en algún momento iba a haber una explosión de mujeres y la mirada del pueblo sobre el aborto se iba a disparar. A las históricas nos emociona ver que eso finalmente pasó. Este sin dudas es un 8M muy especial”, deslizó.