Para los amantes de los thrillers y el suspenso una película de David Fincher siempre es una buena opción, y revisando la filmografía de este gran director encontramos que su última obra, "Perdida" (Gone Girl), no es la excepción. Con las herramientas a las que nos tiene acostumbrados el director, como el tono oscuro del relato, la tensión constante, los giros inesperados de guión y los finales al menos controvertidos, esta historia se centra en un hombre que denuncia la misteriosa desaparición de su esposa justo el día de su quinto aniversario de bodas. Con el correr de la investigación, la extraña conducta del marido lo convierte en el principal sospechoso tanto para la policía como para los medios de comunicación, y de a poco el retrato de felicidad doméstica que ofreció en un primer momento empieza a tambalearse.

Esta adaptación del best-seller homónimo de la escritora Gillian Flynn -quien también fue la guionista de la película- lleva al espectador a repreguntarse constantemente si el protagonista es el responsable de lo que fuera que le haya pasado a su esposa. La tensión se mantendrá durante gran parte de las dos horas y media que dura el film, que se dividirá en dos partes, para cambiar, en la mitad del mismo, de narrador de la historia. Las actuaciones de Ben Afleck y Rosamund Pike como la pareja protagonista ayudan a provocar la incertidumbre necesaria entre lo que uno ve y lo que parece que ocultan, despistando al espectador, lo que es acompañado por el clima de suspenso que tan bien sabe generar Fincher. 

Perdida, 2014. Dirigida por David Fincher, con Ben Affleck y Rosamunde Pike. Netflix.