Ante el avance de gobiernos de derecha en América Latina, con sus políticas de ajuste que provocan el aumento de la pobreza y la marginalidad, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) comenzarán a dictar este año la “Diplomatura en Movimientos Sociales, Derechos Humanos y Resistencias Frente al Neoliberalismo”.

La propuesta formativa surgió en un contexto de “profundización de determinadas tendencias de la economía y el sistema-mundo capitalista, signado por la presencia creciente de capitales trasnacionales y de corporaciones que configuran un escenario regional en el cual se imponen modelos extractivos que vulneran los bienes comunes y la naturaleza”, detalló el presidente del Serpaj, Adolfo Pérez Esquivel.

El premio Nobel de la Paz afirmó que en la región “está surgiendo una serie de movimientos de resistencia, distintos a los conocidos”. Se trata de “resistencias horizontales” que “no surgen de un liderazgo”, sino de luchas sociales, como “los movimiento de mujeres y campesinos, y los pueblos originarios”, que son fundamentales para “pensar las democracias”.

En ese sentido, destacó la necesidad de contar con “espacios de reflexión y análisis para generar conciencia crítica y valores”. “Debemos tener una mirada más profunda”, subrayó en declaraciones al Suplemento Universidad.

“Detrás de todo esto, el lowfare, los golpes de Estado, está siempre la mano de Estados Unidos”, planteó y aseguró: “Acá no hay casualidades. Son armados, porque no quieren permitir bajo ningún punto de vista la autonomía y la soberanía de los pueblos latinoamericanos”.

Sobre el trabajo conjunto entre la UBA y el Serpaj, explicó que la Diplomatura tiene “un objetivo muy claro, que es educativo. Esto que nos enseñó muy bien Paulo Freire: el educador educando y el educando educador. Nos educamos juntos y juntos construimos”. “Es un espacio de conciencia crítica, de participación social y de construcción colectiva, para que después cada uno tenga elementos de discernimiento para trabajar en su profesión y en la vida social y política”, subrayó.

Según el premio Nobel, la Diplomatura se enfoca en la “comprensión integral de los movimientos sociales indisolublemente ligados a su acervo de estrategias y acciones colectivas frente al neoliberalismo, junto con la búsqueda de la autonomía y los desafíos que enfrentan en el momento actual”.

El programa, de modalidad virtual, comprende diez asignaturas que proponen “líneas de investigación desde una perspectiva crítica y de derechos humanos”, con el fin de dotar a los estudiantes de “herramientas analíticas para la construcción de un conocimiento emancipatorio que contribuya a la dinámica de las luchas y a la generación de escenarios más igualitarios y libres de discriminación”.

Por su parte, Sonia Winer, coordinadora académica de la Diplomatura e investigadora del CONICET, destacó la importancia de “visibilizar ciertos colectivos que generan estrategias específicas de resistencia, muchos referenciados en la no violencia activa”. “En este momento de exacerbación de la conflictividad, buscan romper con los espirales de violencia. Son colectivos que han sido perseguidos, discriminados, masacrados, estigmatizados y humillados, que tienen muchos años y tradiciones de lucha, pero que emergen frente a la crisis actual del neoliberalismo en la región”, explicó Winer a este suplemento.

 

La investigadora aseguró que “la no violencia activa tiene estrategias de resistencia y de transformación de las relaciones de poder, de desigualdad y sociales” que permiten “ir visibilizando situaciones de injusticia y de discriminación, transformándolas progresivamente e instalando demandas en la sociedad”. “Los pueblos van encontrando diferentes estrategias en distintos momentos, muchas veces desde la pura necesidad de resistir y el dolor”, remarcó.