Fue importante el acatamiento a las medidas dispuestas el jueves por el gobierno nacional, anunciadas por el presidente Alberto Fernández, con el aval unánime de gobernadores y de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los puntos fuertes, en el área metropolitana, se dio en lugares simbólicos como la porteña estación de trenes de Constitución, donde la disminución de pasajeros en hora pico fue de más del 70 por ciento. La toma de conciencia se advirtió en muchas ciudades del país, pero hubo excepciones graves. Hubo 600 denuncias contra personas por no cumplir la medida: fueron detenidas 250 personas por esa causa.

Mientras los trenes, los subtes y los colectivos circularon con pocos pasajeros a bordo, se observaron largas colas frente a supermercados, farmacias, cajeros automáticos y negocios de barrio, pero siempre manteniendo una distancia adecuada, en algunos casos por decisión de las personas y en otros, por exigencia de los dueños de los comercios. Fue común, en distintos lugares, ver pasar a patrulleros que, megáfonos mediante, iban recordando las medidas de prevención y las penalidades, en caso de no acatarlas. Al margen de las detenciones, uniformados con barbijo aconsejaban en barrios bonaerenses ir de a uno por familia a los lugares de compras esenciales. En Lanús, por las redes sociales, algunos vecinos destacaron “la amabilidad de las parejas de policías”, algo que muchos consideraron “un trato no habitual” que fue valorado.

En la estación de trenes de Constitución, se estimó que a la mañana, en la “hora pico”, hubo una disminución de pasajeros estimada en más del 70 por ciento. Esto quedó probado en la inexistencia de las habituales largas colas en los andenes y en las paradas del metrobús, a lo largo de la avenida 9 de Julio. Fuentes de la empresa Trenes Argentinos señalaron que “el número de personas que usó el transporte ferroviario bajó de manera notable”, pero trabajadores del sector lamentaron que “los pasajeros no respetaran las distancias necesarias entre unos y otros”. Por ese motivo, ante las sugerencias de los guardas, se produjeron algunas discusiones que, al menos en la línea Roca, no pasaron a mayores.

En el Roca, los trenes llevan entre siete y ocho vagones que tienen asientos para 42 pasajeros o 64, de acuerdo con el modelo. Hubo quejas de los pasajeros porque, como suele ocurrir los fines de semana o los feriados, tuvieron que viajar en algunas formaciones antiguas, con menos comodidad en los asientos y más inestabilidad sobre las vías, con movimientos más bruscos que los habituales en las formaciones modernas.

Muchos de los pasajeros tuvieron que justificar, ante la consulta de agentes policiales, que estaban viajando para ir a sus trabajos, en especialidades que fueron expresamente exceptuadas de las restricciones por el gobierno nacional. En la estación ferroviaria de Plaza Miserere, en el barrio de Once, el cierre de negocios como bares y restaurantes, notable en todas las ciudades del país junto con el de los bancos, era todavía más fuerte. Esto se debe a que la mayoría de los comercios son del área textil, con venta de telas y confecciones. Lo mismo ocurrió en lugares céntricos como la avenida Santa Fe, Florida y en los barrios del norte de la ciudad.

Las calles del microcentro porteño se encontraban desiertas, mucho más incluso que cuando la selección de fútbol juega un mundial, porque en esos casos la gente llena bares y confiterías, y sólo las calles están vacías. El acatamiento a la medida fue menos contundente en el Gran Buenos Aires, donde disminuyó la circulación de personas en horario pico, pero apenas con las características de los feriados o los fines de semana.

Por su parte, en diálogo con Página/12, Antonio Favatella, de la organización social Sopa de Letras, expresó su preocupación “por la situación de las personas en situación de calle, que por el momento entendemos que no han sido consideradas por el gobierno de la Ciudad y tampoco en forma específica en la resolución dictada por el gobierno nacional”. Explicó que tanto su organización como otras que llevan viandas de comida a los sin techo “seguirmos haciendo la tarea y la verdad es que no tenemos conocimiento de que haya infectados, pero igual nos preocupa su situación y creemos que tendrían que tener un lugar asignado para cumplir con el aislamiento”.

El ministro de Seguridad de la provincia, Sergio Berni, informó que se registraron unas 600 denuncias contra personas que incumplieron el aislamiento sin argumentos válidos. En el país hubo cerca de 250 detenciones.

Uno de los casos más graves de incumplimiento se dio en la localidad de Libertad, en el partido de Merlo, donde la mayoría de los comercios permanecían abiertos, incluso los que no son considerados esenciales para paliar la emergencia. Era similar la situación en el partido de Ituzaingó y en General San Martín, en el norte del suburbano. El acatamiento fue mucho más importante, en la zona sur, en Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora.

Gestos solidarios

En La Plata, los agentes municipales se ocuparon de realizar los mandados que necesitaban hacer las personas adultas mayores, en los casos en que no hubiera jóvenes viviendo en el mismo domicilio. El auxilio forma parte del programa “Contá Conmigo”, que se cumplirá de lunes a viernes mientras dure la emergencia. La iniciativa es gratuita y solidaria.

Otra medida solidaria fue la que se dio en el barrio porteño de Villa Crespo, donde dos ciudadanos peruanos residentes en el país, Flor y Jhonny, dos floristas, resolvieron regalar su mercadería que les había queda sin vender antes del comienzo de la cuarentena. “Es un buen modo de empezar la cuarentena”, dijo Flor a los periodistas. Ella y su compañero viven en Argentina desde hace 17 años.

En la ciudad balnearia de Villa Gesell, donde cerraron todos los alojamientos para turistas como una forma de prevenir el contagio del coronavirus, fue clausurado el apart hotel La Morada, que pertenece a familiares del secretario de Turismo local, Emiliano Felice. La medida del municipio se debió a que incumplió la resolución por la cual se cerraron todos los lugares de alojamiento de turistas. En Gesell, aunque sin que se produjeran incidentes como los ocurridos en Pinamar, también se cerraron los ingresos a turistas. Sólo se acepta la entrada de personas que, aunque vivan en otras ciudades, acrediten que tiene una casa en la villa.

Por otro lado, hay quejas de los vecinos porque dejó de circular, por falta de visitantes de otras partes del país, la línea de colectivos 507, la única que circula en toda la zona. La situación es compleja para muchos, porque los remises y taxis tienen servicios reducidos y sólo para urgencias o por cuestiones laborales.