Todo empezó el 19 de marzo pasado cuando el Presidente decretó la cuarentena obligatoria y, con los vecinos de mi edificio, quedamos en salir a los balcones a aplaudir a los médicos que luchan por salvar a los pacientes. El que empezó a arengar a los demás vecinos de los edificios linderos y del monoblock que tenemos frente al nuestro, fue el Pelado del 5to. C. Y nosotros lo seguimos, claro:

Vamos, mi buen vecino.

En cuarentena tenés que aplaudir conmigo.

Agradezcamos, de corazón.

Por los doctores hoy salimos al balcón.

A infectólogos y enfermeros

yo también quiero aplaudir.

No los sigo a todas partes

porque no puedo salir.

Ese cantito bien tribunero sólo podía crearlo alguien que haya mamado mucha cancha. En una reunión de consorcio me enteré que el Pelado era una eminencia en esto de alentar. De joven, lo llamaban “Prepizza” (porque le faltaba todo lo de arriba) y fue un conspicuo integrante de la hinchada de All Boys. Todo me cerraba, cierto día le hizo un reclamo al administrador del edificio a través de un cantito con olor a tablón:

No voy a pagar expensas

hasta que el administrador

no me tape las goteras

y repare el ascensor.

Con el correr de los días, y por tanto tiempo libre que nos dejaba la cuarentena, nos fuimos conociendo más. Se fue armando una hinchada de vecinos en la que apenas nos distinguíamos por la ubicación de nuestros departamentos. Supimos que el gordito de barba candado del 7° F era hincha de Argentinos Juniors, ya que empezó a cantar “Soy del Bicho” y todos los no futboleros lo chiflaron porque pensaban que era simpatizante del Coronavirus.

No faltaron las chicanas futboleras, claro. El vecino del 3ro. C, Gogo Morete, pincharrata desde la cuna, gritaba que en cuarentena hay que actuar como hincha de Gimnasia: que tiene por hábito no salir a dar una vuelta. El flaco del semipiso del edificio contiguo al mío se deschavó como fanático de Defensores de Belgrano, ya que, irónico, planteó que hay que imitar a los hinchas de Excusionistas y quedarse en casa, ya que ellos siempre se quedan en casa. Ergo, nunca van de visitante. Cuando pasó el tercer día de cuarentena, un hincha de River del 11° D, gritó “y va el tercero, va el tercero” ante la furia del Gordo del 9° G, fan xeneize, que se desquitó al día siguiente cuando sugirió que para hacer descender la curva de contagios hay que contratar a algún médico de River que tiene experiencia en descensos.

Así pasan nuestros días y noches encuarentenados. El Pelado del 5° C, fue acrecentando su liderazgao como líder de una hinchada improvisada. Anoche advirtió que los del monoblock de enfrente en los últimos días no aplaudían ni cantaban el himno como antes, o lo hacían de manera poco resonante. Entonces les dedicó un cantito por demás amenazador:

Los vecinos de enfrente no quieren cantar

Los vecinos de enfrente no quieren cantar.

Que se muden, o los vamo’ a reventar.

A partir de esa reprimenda rimada, todos los vecinos del monoblock de enfrente prometieron salir todas las noches puntualmente a las 21 hs a aplaudir a los médicos, a los enfermeros y hasta a los camilleros. Y juraron también cantar el Himno Nacional, el Himno a Sarmiento y por las dudas el himno del Estudiante y la Marchita Peronista.