La reactivación del call center y el proyecto de recorte para cargos políticos tiene mucho menos consenso del que intenta mostrar en Juntos para el Cambio. Desde la Coalición Cívica, se mostraron disconformes con la iniciativa desde el comienzo. No es que se opongan específicamente a ese recorte: es que piensan que son otras las prioridades. Con el avance de la estrategia, comandada por Patricia Bullrich, los seguidores de Elisa Carrió empezaron a ver esa iniciativa como un intento de robarle protagonismo a Horacio Rodríguez Larreta. Por eso, Carrió salió a respaldar al jefe de Gobierno y dijo que "no hay lugar para oportunistas. Pretender sacar ventaja es moral y éticamente reprochable". Era un mensaje para Bullrich y para quien la respalda, el ex presidente Mauricio Macri.

Carrió y su círculo más cercano comenzaron a ver con un enojo creciente las estrategias para ganar protagonismo de Bullrich. "Primero hubo un intento con la acusación a los médicos cubanos , después con los repatriados (a los que Macri exigió que dejaran volver ya), y lo que nos terminó de enojar es que los cacerolazos los convocarán desde el PRO para conseguir protagonismo después", indicaron cerca de Carrió. "A nosotros no nos conduce Bullrich", mostraron su furia con la estrategia desplegada por la elegida por Macri para manejar el día a día.

Parte de este enojo se mostró en el chat de WhatsApp de los legisladores de Juntos por el Cambio, donde los lilitos mostraron sus diferencias con la idea de poner al tope de la agenda el recorte de los sueldos políticos sobre otras prioridades. En ese grupo se estaba discutiendo un proyecto de ley que planteaba un recorte del 5 al 20 por ciento, cuando el jefe del bloque de la UCR en Diputados, Mario Negri, dio a conocer una carta a Alberto Fernández que hablaba de un recorte del 30 por cierto. La carta no llevaba firmas, pero tenía el membrete de Juntos por el Cambio. Más tarde, en un tuit, Patricia Bullrich dijo que se había resuelto por unanimidad. Lejos estaba de ser cierto: de la disconformidad, los lilitos pasaron a abandonar en masa el grupo de WhastApp, mientras se reactivada el call center en Twitter para llamar a un cacerolazo por el recorte. 

De hecho, la polémica obligó a Elisa Carrió a hablar y luego firmó junto a sus principales referentes un comunicado en el que dice que "no hay lugar para oportunistas".

El comunicado salió por decisión de Carrió y lo firmaron, además de ella, Maximiliano Ferraro, Paula Oliveto, Mariana Zuvic y Juan López. Señala que todos "expresaron su respaldo y respeto para con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, todo su equipo y a todos los que están manejando la crisis provocada por la pandemia". ¿Por qué expresar el respaldo a Larreta en este contexto? Porque leen las iniciativas de Bullrich para ganar protagonismo público como un intento de Macri de minar el rol que viene ocupando Larreta en la crisis, como jefe de Gobierno, y que le resta lugar al sector duro. "Bullrich no se banca el protagonismo que tiene Larreta. Hace ya varios días que está buscando temas para salir y capitalizar ella. Incluso, reactivó a los tuiteros. No está viendo que si colapsa el sistema de salud de la ciudad explota problema en el conurbano y en el país", remarcaron.

Si bien no da nombres, el comunicado de la Coalición Cívica tiene un párrafo directamente destinado a Bullrich: “Hoy debemos acompañar de manera solidaria, colectiva y sin personalismos. Querer sacar ventajas personales a costa de uno de los distritos que nos toca gobernar es inmoral y éticamente reprochable. Son tiempos de prudencia y no hay lugar para oportunistas”, advirtieron. Por último, alertaron ante cualquier tentación autoritaria: “La pandemia y este estado de emergencia, no debe suspender la Republica y el Estado de Derecho”.

Más temprano, el diputado López -muy cercano a Carrió- había dado indicios de que a la dirigente no le convencía la estrategia de exposición, polarización y choque que llevaba adelante Bullrich.

Pese a las discusiones, los lilitos no tienen previsto romper el bloque de Juntos por el Cambio, aunque mantendrán su distancia del camino que está tomando. Tampoco habrá entre ellos una oposición frontal al proyecto de recorte de ingresos de funcionarios políticos si finalmente se concreta, aunque consideran que no es la prioridad y que "no suma en este momento pegarle a la política".

Enojada, Carrió le dijo a sus íntimos: "Si hay que hacer un gesto político en ese sentido, se lo hacemos a la sociedad, pero no para que Bullrich y el PRO se paguen la campaña". En el bloque de la Coalición Cívica lo consideraban un gesto "demagógico" que no resuelve la cuestión económica de fondo. Tampoco vieron con buenos ojos que Sergio Massa los primereara y avance con un recorte superior: del 40 por ciento.  Mientras eso se define, habrá que ver cómo se recuperan de las heridas que produjo en el interbloque la decisión de forzar una iniciativa para recuperar el control de la agenda pública.