El grupo Vicentin podría desprenderse de la fábrica de biodiesel y derivados de soja Renova para desempantanar el concurso de acreedores al que lo llevó su default declarado en diciembre pasado. Tal posibilidad deviene de la oferta que su socia suiza Glencore PLC le hizo para terminar de comprarle todas las acciones de aquella empresa con plantas en Timbúes y San Lorenzo. El pool aceitero algodonero de Avellaneda afronta deudas por 300 millones de dólares a empresas de acopio, corretaje y productores de granos, y otros 1000 millones adeudados a bancos nacionales e internacionales. Lo que estos socios suizos le ofrecen a la familia Vicentin y sus aliados tal vez sirva para despejarle el "estrés financiero" con el que pretendieron explicar el multimillonario pagadiós que salió a la luz a finales de 2019.

La compañía suiza difundió ayer a través de agencias internacionales su oferta de 325 millones de dólares a Vicentin SAIC por el tercio de acciones que conserva sobre esa empresa que juntas crearon en 2007. Renova fabrica harinas y aceite de soja en Timbúes, y biodiesel en San Lorenzo. Con una capacidad de molienda de 20.000 toneladas de granos, es una de las principales jugadoras del crushing de soja en el mundo.

Hasta el 5 de diciembre del año pasado, Vicentin y Glencore controlaban el 50% cada una de las acciones de Renova. Pero ese día, la multinacional de alimentos y minería con sede en Baar (Suiza), Londres y Rotterdam, compró otra porción más de la torta accionaria y se quedó con dos tercios. Eso ocurrió cuando Vicentin ya estaba en aprietos financieros, pero faltaban unos días para que se asumiera en default.

Ahora Glencore va por todo y ofrece U$S 325 millones por ese 33,13% de acciones en poder del grupo asentado en el norte santafesino. La oferta era parte de un acuerdo que se había comunicado en su momento al juez civil de Reconquista Fabián Lorenzini, a cargo del concurso preventivo de acreedores, pero expiró en marzo. Según fuentes cercanas a la negociación de Vicentin con sus acreedores, los suizos mantienen su oferta por Renova más allá de la vigencia de aquel acuerdo. Lo único que ha variado desde entonces es la pandemia mundial de coronavirus, que tal vez afecte el proceso de compra. La información de la agencia Reuters contempla la posibilidad de que el panorama mundial, Covid-19 mediante, acaso rebaje la oferta de Glencore debido al enfriamiento de los mercados mundiales y de la cotización internacional de la soja.

Mientras tanto en Reconquista, Vicentin juega de local y construye de a poco el arreglo con sus acreedores. En el ámbito de la Bolsa de Comercio de Rosario dicen que la mitad de los acreedores comerciales (acopios, cooperativas, corredores) ya comunicó su adhesión a las propuestas de pago presentadas por la empresa concursada. No se informó qué clase de propuesta ha sido.

En esta etapa el concurso judicial debe resolver una forma de pago de 300 millones de dólares. En una segunda etapa, habrán de negociar con los bancos locales e internacionales, cuyas acreencias suman alrededor de mil millones de dólares.

Por otra parte, aún sigue abierta la denuncia del fiscal federal Gerardo Pollicita contra la empresa que supo comandar el ex presidente de la Bolsa de Rosario, Alberto Padoán, y contra las autoridades del Banco Nación en la era Macri. El objeto es el crédito de prefinanciación de exportaciones por 18000 millones de pesos que Vicentin no devolvió.