Un sueño hermoso                               6 puntos

Argentina, 2020.

Dirección y guión: Tomás de Leone.

Duración: 74 minutos. 

Con Lita Stantic, Alejandro Maci, Félix Monti, Berta Godenberg, Juan Carlos Macías, Graciela Galán, Cristian Medrano, Beatriz Colavita.

Estreno: Hoy a las 20 en Cine.Ar TV y una semana gratuita en la plataforma de streaming Cine.ar Play. Repite en Cine.Ar TV: 11 de abril a las 20.

A pesar de una estructura narrativa clásica y por momentos rígida, el documental Un sueño hermoso, escrito y dirigido por Tomás de Leone, incluye un elemento que condensa su valor cinematográfico: una buena historia para contar. Una historia que además recupera un episodio prácticamente olvidado del cine argentino de finales del siglo XX. Se trata de cómo Alejandra Podestá, una adolescente sin ninguna experiencia como actriz, llegó a convertirse en la protagonista de De eso no se habla (1993), de María Luisa Bemberg. Una película emblemática no solo por tratarse del último trabajo de las directoras más importantes del cine argentino, sino porque es la única producción nacional que contó en el elenco con el gran actor italiano Marcello Mastroianni. Aunque la importancia de la cineasta y el actor podrían haber hecho que el relato de Un sueño hermoso girara en torno a ellos, De Leone elige enfocarse en la figura de Podestá.

Varias las razones convierten al caso de Podestá en intrigante. Su nula experiencia actoral es uno de ellos. Pero sobre todo su condición de enana y el hecho infrecuente de que una persona de talla baja se encontrara al frente del elenco en una producción de semejante nivel internacional. Alcanza con recordar que De eso no se habla fue parte de la competencia oficial del Festival de Venecia para graficar la relevancia que tuvo la película. Y también el final violento y triste que tuvo la vida de la actriz, asesinada a puñaladas en su propia casa en 2011, en un caso policial que aún continúa sin ser resuelto. La sumatoria de esos elementos hacen que el film de De Leone mantenga al espectador siempre atento a pesar de su simpleza cinematográfica.

Uno de los caminos que el director elige es aprovechar el relato para destacar el carácter disruptivo que la película significó en su momento, para marcar similitudes y diferencias con el presente. Por un lado la condición de mosca blanca de una mujer como Bemberg (quién sin dudas se merece un documental propio que reivindique su lugar en el cine argentino), declarándose feminista en las décadas de 1980 y 1990, hecho que expone los avances que la sociedad ha construido en la ampliación de derechos. Por el otro, el femicidio de Podestá revela que tampoco se ha llegado muy lejos y que es mucho lo que falta. Sin subrayarlo, De Leone consigue que todo eso quede claro, usando con inteligencia y precisión el material de archivo.

En medio está la historia del rodaje, el modo en que Bemberg se fascinó con Podestá, convirtiendo a esta joven de menos de 20 años en una estrella fugaz que se apagó tras el estreno. En ese punto Un sueño hermoso aborda a su protagonista casi de forma psicoanalítica, poniendo en paralelo la historia del personaje con la de la propia actriz. Por ese camino consigue que ficción y realidad se trencen en una red compleja y misteriosa. Y aunque también cae en excesos de puesta en escena, con eso le alcanza para capturar la atención.