La Confederación General del Trabajo anunciará hoy el primer paro general contra el gobierno de Mauricio Macri. La medida de fuerza se llevará a cabo la primera semana de abril y contará con el respaldo de todos los sectores de la central obrera además de otras organizaciones sindicales, movimientos sociales y partidos políticos opositores. El reclamo estará centrado en las políticas económicas del gobierno y apuntará particularmente contra la destrucción de puestos de trabajo, la apertura indiscriminada de importaciones y la decisión oficial de poner un techo a las paritarias. 

El anuncio tendrá lugar luego de la reunión de Consejo Directivo que se llevará a cabo esta tarde en la sede histórica de la calle Azopardo. Allí, también, una veintena de dirigentes de primera línea de casi todos los sectores que conforman la central respaldará a Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, miembros del triunvirato que conduce la CGT, cuya autoridad había quedado mellada por los incidentes durante el acto que cerró la movilización al ministerio de Producción, el martes pasado.

Desde la Casa Rosada ya anticipan el impacto que una huelga general puede tener a poco más de un año de haber asumido y en medio de un escenario de alta conflictividad social. De cara a una nueva temporada electoral, la decisión volvió a ser llevar la discusión en el plano mediático. Sin instancias de diálogo abiertas con la conducción sindical, apuesta a disputar el conflicto ante la opinión pública y ganarlo en esa cancha. En ese contexto, ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que ir al paro “no es necesario” ni “va a mejorar la realidad de los trabajadores el día después”. 

La medida de fuerza tendrá lugar entre el martes 4 y el jueves 6 de abril, pocos días después de la fecha decidida por la CTA para llevar adelante una medida similar. En los próximos días habrá contactos entre las dos centrales para unificar ambas jornadas de lucha un mismo día, aunque el éxito de las gestiones no está asegurado. “Si hacen el paro, es posible que lo hagamos juntos”, dijeron en la organización que lidera Hugo Yasky, donde aún desconfían. “Hay que ver si lo sostienen”, es la duda. En la cúpula cegetista aseguran, en cambio, que la medida de fuerza “no es negociable” y “no tiene vuelta atrás”.

A las dos de la tarde los principales referentes de la central se reunirán en Azopardo 802: estarán los triunviros Daer, Schmid y Acuña, y la actual mesa chica de conducción, en la que tienen voz y voto Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, Abel Frutos, Armando Cavallieri, Pablo Moyano, Omar Maturano, Roberto Fernández y Jorge Sola, entre otros. Después del cónclave se hará el anuncio con la fecha del paro. La foto de todo el Consejo Directivo unificado detrás de la conducción será un respaldo necesario después del descalabro de la semana pasada, pero no significa que se hayan calmado las aguas. “No se cambia de caballo en el medio del río”, explicaban ayer en la CGT.

La experiencia del 7, sin embargo, dejó secuelas. Como no hay ánimo para otra escena como la que se vio el martes pasado, en Azopardo decidirán que la huelga, esta vez, no estará acompañada por una convocatoria a movilizarse. Eso no significa que no vaya a haber una marcha ese día: algunos gremios podrían convocar por su cuenta y además, si finalmente la CTA pliega su lucha, habrá una marcha de esa central, a la que se sumarán sectores políticos del peronismo, el centroizquierda y la izquierda, organizaciones de derechos humanos y movimientos sociales.

Luego de los cinco paros al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, que tuvieron una repercusión desigual, en la CGT esperan para esta huelga una adhesión muy superior, “casi total”, que paralice el país. En ese sentido, resulta clave el apoyo de la Unión Tranviarios Automotor que nuclea a los trabajadores del transporte público en la zona metropolitana de Buenos Aires y cuya adhesión a una medida de fuerza de este tipo garantiza una repercusión mucho más fuerte. 

En el gobierno ya toman nota de las posibles repercusiones del primer paro general en su contra, medida que pudieron demorar negociando con la cúpula cegetista y, ahora, que ya no hay margen para eso, intentan denunciar como golpista para ganar la batalla en la opinión pública sin ceder nada en la mesa de diálogo. En los 15 meses de gestión Cambiemos se logró “avanzar en temas concretos” a favor de los trabajadores, dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ayer en una conferencia de prensa.

El funcionario también destacó los canales de diálogo abiertos y la búsqueda de consenso aunque anticipó que “si la propuesta para el rumbo económico es dar vuelta atrás a un pasado que los argentinos rechazaron, no hay espacio de discusión posible” en el ámbito gremial sino que el debate pertenece al ámbito de “lo electoral o partidario”. Para Peña, la prioridad del gobierno es “mejorar la situación de los trabajadores” y para eso pidió colaboración de los sindicatos.

“Los logros compartidos son tan importantes como la conflictividad que puede haber en la calle, donde hay una sociedad viva, con diferentes opiniones. Somos conscientes que los conflictos se resuelven institucionalmente, a través de la paz, del diálogo, y de las soluciones concretas, y no de forma autoritaria, o de la voluntad de un gobernante de hacer desaparecer los conflictos, como sucedía en el pasado”, concluyó el jefe de Gabinete.