Camila Aldana Tarocco, de 26 años, quien estaba desaparecida desde el 4 de abril, fue hallada asesinada en un descampado de La Reja, en el partido de Moreno, en un nuevo caso de femicidio --el número 13-- ocurrido o descubierto durante la cuarentena. El acusado, Ariel Alberto González, que estaba detenido desde antes del hallazgo del cuerpo, estuvo cenando con la víctima y con una amiga en común el día previo al hecho. A González, denunciado por Camila por violencia de género, le habían dado el beneficio del arresto domiciliario y se había acercado a ella, a pesar de la restricción judicial. Aprovechó un momento de angustia de la joven, asustada por haber sufrido un robo en su domicilio.

La familia de Camila criticó y pidió la renuncia del juez de Garantías 2 de Moreno, Gabriel Castro, por haberle concedido la prisión domiciliaria a González. “El juez dejó en libertad al asesino, lo mandó a la casa sin una tobillera y sin custodia. Queremos justicia y que el juez renuncie o dé una explicación pública por haberle dado la domiciliaria”, aseguró Daiana, prima de Camila.

Por su parte, la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, manifestó su "tristeza enorme" por el femicidio de Camila envió su pésame a la familia. “Una vez más no fue un desconocido, fue su ex pareja y padre de sus hijos", señaló la jefa comunal en un mensaje por las redes sociales. Resaltó que en este momento “hay muchas mujeres en situación de violencia cumpliendo el aislamiento social debido a la pandemia" de coronavirus. "Sepan que ustedes sí pueden buscar ayuda, no tienen por qué soportar ni un minuto más de violencia". Precisó que deben dirigirse al municipio, a la Dirección de Géneros en forma personal o por medio de sus allegados. Dijo que Camila “tenía derecho a rehacer su vida" y "a buscar y construir una relación más sana", pero "fue asesinada por el solo hecho de ser mujer".

La prima de Camila dijo que toda la familia “está shockeada por lo que pasó y pedimos justicia para que estas cosas no sigan pasando”. La joven afirmó que a su prima “la dejaron sola. A los días que le dictaron la domiciliaria vino a buscarla a la casa, violando la perimetral que tenía y la mató”. La prima de la víctima recordó que González “ya estaba para ir al juicio por violencia de género”. Se iba a hacer el 13 de marzo pero a raíz de la cuarentena se postergó sin fecha.

Daiana también acusó a la madre de González, a la que el femicida le habría confesado el crimen el mismo sábado 4 de abril, día de la desaparición. “La madre también es una asesina porque es cómplice de lo que hizo su hijo”, en referencia a la presunta demora en comunicar esa confesión a las autoridades judiciales. “Este hombre no nos dio ni la oportunidad de darle el último adiós”, dijo la joven, en alusión a las medidas que pone límites a la realización de velatorios.

Por otra parte, según el relato de una vecina de Camila, el día anterior a la desaparición, ocurrida el sábado 4 de abril, los tres estuvieron cenando en la casa de la víctima. “Estuve con ella y con Ariel, el ex novio, y después tuvimos una charla en la que Camila me dijo que se iba a pedir un flete y se iba a ir a vivir a lo de su amiga Rocío".

Lo más terrible de su relato es que, según dijo, la víctima “había sufrido un robo en su casa días atrás y tenía mucho miedo de que pudiera volver a pasarle algo, por lo que Ariel González, a pesar de que era su ex novio y que ella lo había denunciado” por violencia de género “se había ofrecido a protegerla”.

Haydée sostuvo, en declaraciones periodísticas, que durante ese encuentro que tuvieron los tres “él no manifestó ningún tipo de violencia, nada. Hoy me doy cuenta de que estaba comiendo con el diablo. Ella le dijo que se iba a mudar y él lo tomó tranquilo, por eso yo también me quedé tranquila".

Esa noche, Camila se fue a duchar a la casa de su vecina y cerca de las 23 regresó a su hogar, ubicado a pocos metros de distancia. “Estaba la policía realizando las rondas por la vigilancia de la cuarentena y ella tenía miedo de ir hasta su casa porque pensó que la policía podía decirle algo. Por eso me acuerdo que eran las 23.23 y yo la miré hasta que ingresó a su casa", dijo la vecina.

Al día siguiente la llamó por celular y le mandó un mensaje por WhatsApp, pero ya no obtuvo ninguna respuesta. “A las 5.15 le escribí a Ariel y le pregunté si sabía algo de Camila, porque tenía que ver el tema del flete para irse a lo de Rocío, y él me respondió que no sabía nada y que Camila siempre hacía estas cosas de desaparecer, algo que era mentira”. Haydée afirmó que luego de la denuncia por la desaparición pensó que “la habían secuestrado”, pero que ahora se dio cuenta de que cuando la llamaba “en ese momento ella ya estaba muerta".

El cuerpo de Camila fue hallado en la madrugada del miércoles dentro de una bolsa, enterrado en un descampado ubicado en Monsegur y San Cayetano, a unos 200 metros de la casa de Ariel González, en La Reja. El femicida había sido denunciado por Camila por lesiones y amenazas.
La fiscal Luisa Pontecorvo se presentó en el lugar y ordenó el traslado del cuerpo a la morgue judicial de General Rodríguez, donde se realizó la autopsia. La búsqueda en ese lugar fue orientada por una llamada anónima. Antes de la aparición del cuerpo, la familia del acusado había informado a la fiscal que González le había confesado a su madre que era el autor del femicidio.

La fiscal había solicitado la detención de González, como sospechoso, el 8 de abril. El imputado había dicho que estuvo con Camila hasta el sábado 4 a la mañana, luego de pasar la noche juntos, y que la había acompañado hasta una parada de colectivos. Según González, la víctima iba a retirar de un cajero automático los diez mil pesos del Ingreso Familiar de Emergencia que dio el Gobierno Nacional a los trabajadores informales. La fiscal comprobó después que el acusado había violado la prisión domiciliaria y que no podía confirmarse la versión del cajero, porque la cuenta de Camila no había sufrido ningún movimiento desde el 4 de abril. Además de la denuncia por violencia de género, presentada el año pasado, González tenía una causa por robo.

En un allanamiento realizado en la casa del acusado los investigadores secuestraron una pala con tierra seca y pertenencias de la joven, pero sigue sin aparecer su teléfono celular. González será indagado este jueves. Los hijos de la víctima y el acusado, de 6 y 7 años, están al cuidado de familiares de González, con quienes vivían desde antes del femicidio.