"El que se cura le brinda algunas de sus defensas al que está contagiado”, explica Juan Carlos Dupont, Jefe de Hematología de Cemic. ¿De qué manera sucede? El plasma ("la porción líquida de la sangre donde se encuentran suspendidos los glóbulos rojos, los blancos y las plaquetas") de los pacientes que estuvieron infectados y se recuperaron contiene anticuerpos que pueden transferirse a otras personas en estado grave por coronavirus , detalla el especialista. Por eso, cuenta Dupont, Cemic lanzó una convocatoria para que aquellos ciudadanos que tengan entre 18 y 65 años y que se hayan repuesto del virus (previa demostración viral negativa por hisopado nasal) puedan donar plasma.
-¿Qué es el plasma?
-Es la porción líquida de la sangre donde se encuentran suspendidos los glóbulos rojos, los blancos y las plaquetas. Posee una cantidad de proteínas muy importantes: algunas de corte alimentario como la albúmina (mantiene el líquido dentro del torrente sanguíneo), otras portan grasas como las lipoproteínas y, finalmente, están las gammaglobulinas. Éstas últimas se vinculan con las defensas y los anticuerpos de nuestros organismos y, en efecto, constituyen la fracción que nosotros deseamos manejar para este proyecto.
-¿En qué consiste la terapia de infusión de plasma?
-La gammaglobulina, empleada para la covid-19, lleva la inmunidad activa del individuo curado y se la transfiere de manera pasiva al paciente que se halla con una infección aguda. Para resumirlo: el que se cura le brinda algunas de sus defensas al que está contagiado. Se suministrará a gente que está muy grave y cuyas defensas no responden de manera adecuada para combatir al coronavirus. Las propias proteínas inmunes que contiene el plasma despliegan un efecto neutralizante sobre el virus.
-¿De qué manera lo neutraliza?
-Actúa sobre las proteínas de la cápsula del virus. Sus picos y corazas son neutralizados y eliminados por el sistema inmunológico. En el mundo ya se ha comprobado que, al menos en muy pequeñas series, la terapia de plasma funciona con éxito. Los primeros experimentos se desarrollaron en Wuhan (epicentro y origen de la pandemia) y en el presente se desarrolla de forma irrestricta en Estados Unidos. Las investigaciones publicadas en revistas de prestigio (como The Lancet) por especialistas de todo el planeta indican que el procedimiento es satisfactorio en la gran mayoría de los casos.
-La donación de sangre de pacientes recuperados ya se usó en otras epidemias históricas.
-Sí, la gente donaba sangre en forma completa (es decir, no solo plasma) durante la gripe española de 1918 que, quizás, constituya el antecedente más importante del que tenemos recuerdo. No obstante, también ocurrió en otros casos más patentes para nosotros. Con la fiebre hemorrágica argentina, producida por el virus Junín, también fue utilizada. Esa fue la contribución histórica de Julio Maiztegui, que tuvo la brillante idea de aprovechar el plasma del convaleciente reciente para disminuir –en 10 veces– la mortalidad para este tipo de infecciones. El plasma da origen a una cantidad de subproductos que pueden ser aprovechados en diferentes sentidos. Las personas que nacen sin gammaglobulina, por ejemplo, requieren inyectarse la proteína durante toda su vida. También es útil para la hemofilia, una enfermedad caracterizada por una mala coagulación sanguínea.
-¿En Argentina los pacientes con covid-19 ya reciben plasma?
-Desde el CEMIC ya pusimos en marcha el proceso con infectados pero no podemos revelar ningún dato aún. Cuando podamos extraer alguna conclusión significativa en el corto plazo, de seguro, tendremos noticias para compartir. Sabemos que hay evidencia de que el plasma ha sido central para la recuperación de pacientes con otras enfermedades infecciosas y consideramos que podría ayudar a salvar vidas por covid-19. Pero todavía no sabemos cuán efectivo será hasta que se completen más estudios.
-¿Cómo es el proceso de donación?
-Es como el de donación de sangre pero con una diferencia. En este caso, nosotros extraemos todos los componentes de la sangre, se centrifugan y se devuelven los glóbulos rojos, que son los que tardan más en reconstituirse. El individuo que se acerca al Centro retorna a su casa casi con los mismos componentes que tenía cuando vino. Por lo general, las personas deben esperar entre dos o tres meses para poder volver a donar; aquí solo tienen que aguardar dos semanas. Ese plasma luego es trasladado a pacientes con enfermedades respiratorias severas, por lo cual se aplicará en aquella porción de infectados con covid-19 que se encuentra en las peores condiciones. Neumonías que comprometen la llegada de oxígeno al cuerpo, de tal manera que los internados deben ser asistidos mediante respiradores. La terapia proporciona un impulso al sistema inmunitario del paciente enfermo y puede ayudar a acelerar el proceso de recuperación.
-El Ministerio de Salud está detrás de un proyecto similar.
-Sí, un plan similar lidera el Ministerio de Salud de la Nación y los ensayos incorporarán a algún otro hospital, probablemente al Italiano. Existe un consenso entre las instituciones públicas y privadas para concentrar los esfuerzos en la misma dirección. El Conicet, por ejemplo, está haciendo un aporte muy importante también.
-¿Todas las personas recuperadas de coronavirus pueden donar?
-Puede donar cualquiera que haya tenido la enfermedad y que haya pasado por un proceso de, al menos, tres semanas sin síntomas y un test de PCR negativo. La donación es solidaria, espontánea, gratuita para el donante y también para el receptor. No hay costo alguno. Lo único que toda la población debe concebir es que un banco necesita contar con depósitos para seguir donando. Decía Ramón Carrillo que “no existe avance en la medicina si no es bueno para el pueblo”. En eso pienso todos los días al levantarme.