Conocido sobre todo por sus actuaciones en televisión, el sevillano Paco León ganó notoriedad con un documental, Carmina o revienta (2012), cuya protagonista era su mamá, y que recorrió buena cantidad de festivales, tanto como su secuela, Carmina y amén (2014). Con El amor se hace –que en España se llama Kiki, el amor se hace–, León pasa al cine de ficción. Estrenada un año atrás en su país, El amor se hace tuvo muy buena respuesta de público. Se trata de una remake, lo cual no es frecuente en el cine español. Remake de una película australiana de 2014, The Little Death. En ambos casos se trata de comedias sexuales, con cinco parejas por protagonistas, cuyas historias se intercalan en el curso del metraje. En cada caso la historia gira alrededor de una patología o filia sexual, y es posible que eso tiña el relato de un esquematismo que lo limita.

A saber: durante un atraco en un 24 horas, Natalia (Natalia de Molina) descubre que goza si es tomada por sorpresa y con violencia (de ser posible, por un asaltante). Sufre de algo llamado harpaxofilia, por lo cual su marido Alex (Alex García) llegará al punto de contratar falsos chorros para hacerse pasar por ellos y elevarle la temperatura a su esposa. Paco (el propio Paco León) y Ana (Ana Katz, presencia argentina en la película) atraviesan una fase de escasa excitación, por lo cual buscarán novedades en fiestas fetish y S/M, para terminar encontrándola más cerca, en Belén, prima de Paco (la andaluza Belén Cuesta). Un cirujano padece de somnofilia: goza con su esposa sólo cuando está dormida, por lo cual se ocupa de suministrarle todas las noches un somnífero. A su turno, una instrumentadora le cuenta del negocio de su hija, que vende sus bombachas usadas por internet. Sandra (Alexandra Jiménez) padece de elefilia, consistente en el fetiche de las telas, que la lleva casi a desmayarse por una camisa de seda en el subte, mientras que Candela (la reaparecida Candela Peña) descubre que lo que “la pone” es el llanto ajeno. Tiene dacrifilia, por lo cual trata de hacerle ver a toda costa La lista de Schindler a su marido.

Muy bien actuada y con los clásicos desbalances de todo film en episodios (aunque éste no es estrictamente en episodios), El amor se hace no carece de momentos muy divertidos (el intento de “secuestro” a Natalia en un garaje, el episodio de Paco con un fan de la “lluvia dorada”, la obsesión de la mucama del cirujano con la mastoplastia y la conversación telefónica triangular de Sandra entre un sordo y una chica de call center erótico son algunas de las que más alto rankean) y alguno bastante inquietante, como el del adormecimiento del cirujano a su esposa, un matrimonio casi muerto. El problema es el de toda patología: tiende a repetirse, igual a sí misma, de modo que una vez que se la diagnostica queda poco lugar para la sorpresa.