La situación en los geriátricos del área metropolitana sigue en el centro de la escena y este jueves se activó un protocolo en una residencia para adultos mayores del barrio de Palermo, donde retiraron el cuerpo de una persona fallecida en el lugar. Personal especializado ingresó al geriátrico ubicado en Serrano 1290 para realizar el hisopado y tomar las medidas del caso, ante la posibilidad de que se trate de un nuevo caso de covid-19, luego de las graves situaciones ocurridas esta semana en dos geriátricos, de los barrios de Belgrano y Parque Avellaneda. Al mismo tiempo se presentó un reclamo para que se hagan testeos preventivos urgentes en 60 geriátricos de la Ciudad de Buenos Aires.

El pedido fue hecho por los propietarios de esos asilos de ancianos, con el fin de que las autoridades nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires realicen testeos periódicos de coronavirus en esos lugares para trabajadores y residentes, argumentando que se encuentran "desarmados" en la "primera línea de batalla contra la pandemia". Lo que requieren son “testeos rápidos a los ancianos porque eso permite atenderlos rápidamente y salvar esas vidas. Estamos pidiendo que se nos testee a todos cada 15 días. La epidemiología marca que somos la primera línea de batalla", afirmó Ernesto Chichotky, médico psiquiatra que integra el grupo Geriátricos de Buenos Aires, que reúne a sesenta instituciones.

La apremiante situación quedó planteada en toda su dimensión, con el operativo que se realizó en un geriátrico ubicado en Serrano 1290, donde se produjo el fallecimiento de uno de los residentes. Personal de Bomberos y de la Policía de la Ciudad, vestidos con trajes de bioseguridad, retiraron el cuerpo de la persona fallecida luego de realizar el hisopado correspondiente para poder establecer de manera fehaciente si se trata de un nuevo caso de coronavirus en un geriátrico porteño.

Se trata de una institución que ocupa cinco pisos que cuenta con 32 habitaciones para alojar a 64 personas, cuyo estado de salud será analizado por personal especializado. El estado de alarma se generó esta semana por el temor que despertaron dos casos graves de contagios en instituciones de los barrios de Belgrano y Parque Avellaneda. El caso más grave, con 18 contagios, saltó a la luz el martes por la noche cuando los servicios de emergencia trasladaron a distintos hospitales a adultos mayores y trabajadores de una residencia del barrio de Belgrano que habían dado positivo por coronavirus. En el caso se abrió una causa judicial par determinar si hubo irregularidades en los controles de salud en el lugar. En el caso de Parque Avellaneda, murió una mujer de 90 años y se registraron otros ocho test positivos entre los 45 residentes, que han sido derivados a otros centros asistenciales.

Esto llevó a empresarios del sector, agrupados en Geriátricos de Buenos Aires, a pedir que se realicen con urgencia testeos preventivos en trabajadores y residentes. El pedido fue dirigido a los gobiernos nacional y de la Ciudad de Buenos Aires ante la elevada cantidad de contagios que ocurrieron en geriátricos porteños en los últimos días.

Los dueños de geriátricos advirtieron en un comunicado dirigido a las autoridades que necesitan personal disponible "en caso de que se presente algún empleado positivo en coronavirus, para que responda ante la falta de personal por las cuarentenas que se tengan que hacer" y pidieron elementos descartables de protección personal.

Los empresarios, que hasta el momento nada habían sugerido desde el comienzo de la cuarentena obligatoria, ahora decidieron hacer demandas al sector público. "No somos asesinos, ganamos plata trabajando, como todos. Hoy nos encontramos ante una pandemia que ingresó casi al 70 por ciento de los geriátricos de España, Francia, Italia, Inglaterra y Estados Unidos", dijo Chichotky en declaraciones a los medios de prensa.

Aseguró que enfrentan “la pandemia en la primera línea de batalla y estamos desarmados". Agregó que son “instituciones que nos esforzamos por el bien de los ancianos. Un anciano que está solo en su casa no tiene posibilidad de socializar ni de tener actividades, como los talleres de memoria, que agilizan la actividad cerebral y posibilitan una mejor calidad de vida".


La pandemia ha dejado al desnudo la precariedad en la que viven, ante una crisis como la actual, los ancianos, no sólo en Argentina sino a nivel mundial. El Inadi recordó que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará en el año 2050, como parte de un proceso que comenzó en el mundo en el año 2000. “Esta información, que debiera leerse como una buena noticia en distintos sentidos, en el contexto de la crisis mundial por el coronavirus, ser integrante de este colectivo etario y por lo tanto grupo de riesgo, ha intensificado el tratamiento erróneo sobre ese sector de la población, cayendo en múltiples vicios de comunicación como por ejemplo la infantilización de los mayores de 60 años”.

Al respecto, el organismo recordó que tal como lo explica el Manual de comunicación inclusiva para comunicadores y comunicadoras - Adultos mayores, “considerar a la persona mayor como un ser pensante, deseante y sensible, que participa activamente del entramado social, es un desafío social. Requiere desarticular prejuicios y estereotipos muy arraigados con relación a esta etapa de la vida. La visión negativa de la vejez provoca, entre otras cosas, el aislamiento social de las personas adultas mayores. La población adulta mayor es discriminada en su conjunto, más allá de su condición social, de género, religiosa, sexual, étnica o económica”.