La decisión del gobierno argentino de levantarse de la mesa de negociación del tratado de libre comercio entre el Mercosur y Corea del Sur, con impacto en otras negociaciones que están danza con Singapur, Canadá y la India, despertó reacciones en el empresariado argentino. La Unión Industrial Argentina ratificó su crítica a la posibilidad de un acuerdo con Corea, aunque sospecha que el gobierno nacional tomó una decisión apresurada y espera que la situación se pueda recomponer. En cambio, la Cámara Argentina de Comercio y la Cámara de Importadores salieron de lleno a enfrentar al gobierno. La retirada del país de esas negociaciones generó un cimbronazo regional y despertó el riesgo de la ruptura de la unión aduanera, que es la base de sustentación del Mercosur. Este martes se dio un primer paso hacia el acercamiento, con el llamado telefónico del presidente Alberto Fernández a su par uruguayo, Luis Lacalle Pou. Mucho de lo que pase de ahora en más dependerá de si el Brasil de Jair Bolsonaro decide apretar el acelerador y cortarse solo.

Antes de que se conociera la decisión de Argentina, la UIA sacó un comunicado conjunto con la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, advirtiendo que el sector privado desconocía qué es lo que se estaba ofertando, es decir, en qué rubros los países de la región estaban dispuestos a rebajar aranceles de importación. Criticaron que habría pocos “sectores sensibles” en la oferta, que son aquellos en donde se toman especiales recaudos para no afectar el empleo. “Tampoco está claro cuáles son los beneficios que logrará el Mercosur en materia de acceso al mercado de Corea del Sur para los productos de la oferta exportable, en su mayor parte agroindustrial. Más aún, no se conocen los términos de las exigencias sanitarias y fitosanitarias que impondrá Corea para aceptar el acceso a su mercado de productos agroindustriales”, cuestionaron, mientras que advirtieron sobre el impacto negativo del libre comercio con Corea para la industria local automotriz, de electrónica, electrodomésticos, química y acero. La UIA y la CNI recordaron que Corea del Sur es el segundo país detrás de China que más medidas defensivas de comercio tiene en su contra. En otras palabras: todo el mundo se cuida de las importaciones provenientes de China y de Corea del Sur.

Las autoridades de la UIA se comunicaron este martes con el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, y el secretario de Industria, Ariel Schale, para analizar lo que pasó en la mesa de negociación del Mercosur. Los funcionaron explicaron que la voracidad de Brasil y de Uruguay chocaba no sólo con el rechazo argentino al propio contenido del acuerdo sino también con las dificultades coyunturales dadas por la pandemia. El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, junto a las otras autoridades, coinciden en la cuestión de fondo, que es la crítica al acuerdo y a la posición de Bolsonaro, pero dudan de si no había otra forma de resolver la disputa.

Las autoridades de la Junta Directiva de la UIA coincidieron –con los funcionarios-- en la importancia de promover una política comercial que priorice el empleo regional, potencie la inversión productiva en los países que lo componen y resguarde el mercado común. Los funcionarios manifestaron que es indispensable fortalecer el rol del Mercosur a partir de una mirada estratégica que integre la salida de la crisis y el largo plazo, en función de una inserción internacional inteligente”. La UIA espera que el diálogo acerque posiciones y que no avance la idea del “Mercosur a dos velocidades”, que implicaría dar rienda suelta a Brasil para cerrar en acuerdos --velocidad 1-- mientras que Argentina quedaría rezagada y más presionada --velocidad 2--.

La Cámara Argentina de Comercio adoptó una posición más dura en contra del gobierno nacional, ya que calificó de “una acción inédita decidir no ser parte de un ámbito institucional central del bloque”. La decisión “podría poner en riesgo la profundidad de la estrecha alianza con los demás socios (probablemente no la alianza en sí misma pero sí la profundidad), y llevaría al Mercosur a una situación híbrida en la que los otros socios tendrían un acceso a mercados, integración económica y fluidez comercial que Argentina no tendría. Además, modificaría el flujo comercial interno en la medida en que entre los otros tres socios habría normas que no se aplicarían a la Argentina”.

La Cámara de Importadores, además de criticar al gobierno, salió a apoyar el acuerdo con Corea, al mencionar que "nuestro país tiene un coeficiente muy bajo de participación en el comercio internacional: sus importaciones de bienes y servicios solo representaron un 15 por ciento del PBI en 2019, lo que la ubica entre las seis economías más cerradas del mundo".